Luis Enrique queda a salvo

Mbappé, en la jugada del gol del triunfo de España

Mbappé, en la jugada del gol del triunfo de España / Reuters

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

No pudo ser. España no pudo proclamarse campeona de la Nations League por culpa de dos zarpazos de Benzema y Mbappé, los únicos que pudieron permitirse en todo el partido. Además, el gol que decidió la final fue un gol polémico, de esos que exigen una fe inquebrantable en el VAR y en los que tiran las rayas para definir el fuera de juego... como en los que deciden la posición de un brazo como el de Koundé en una jugada clara de penalti en la primera parte. Ya no solo por eso la derrota fue injusta, también por el desarrollo del juego, que dominó España durante el ochenta por ciento del partido, curiosamente hasta que Oyarzábal adelantó a los de Luis Enrique en el marcador. Era el minuto 64 y lo que tenía que ser el golpe que hundiera a los franceses, fue lo que les despertó, por lo menos a sus individualidades, Benzema y Mbappé, que hasta entonces no habían aparecido. Y luego, los diez minutos finales, con Francia encerrada en su área y Lloris sacando un par de balones de gol.

CON LA CABEZA ALTA.

Hay que estar orgullosos de la selección, cayó con la cabeza alta ante la campeona del mundo y, posiblemente, el combinado con el mayor número de estrellas que pueda verse en estos momentos en los campos de fútbol. Sobre el césped estaban Mbappé, Benzema, Pogba, Koundé... números uno en todas las líneas del equipo. Ante esto, la Roja presentó sus credenciales en forma de juego colectivo, control y posesión. El estilo que la hizo dos veces campeona de Europa y una del Mundo quedó a salvo. Con otros jugadores, con otro seleccionador, con menos consenso en el entorno porque a Luis Enrique se le tienen ganas desde el lobby de poder madridista, un lobby que siempre ha mandado en la selección, que ha puesto y quitado seleccionadores, y que ahora rabia porque el Madrid no cuenta. A Luis Enrique se le ha atacado por tierra, mar y aire... veremos cómo reacciona este sector que tantos palos en las ruedas pone. Si insisten en criticar juego y sistema, se les verá el plumero, pero Luis Enrique puede estar tranquilo, la selección, su selección, dio la talla.