Lecciones de una gira que no deben caer en saco roto

Hemos aprendido, casi por abrasión, que extrapolar lo bueno de una pretemporada a la competición oficial suele ser poco recomendable. Las sensaciones no siempre se traducen durante el curso y entonces llega la frustración. Esa es la madre de todas las lecciones. Teniendo eso claro, no hay problema para contar lo que uno ve. A eso hemos venido. Puestos a hablar de lecciones, la preparación del Barça está dejando unas cuántas.

El crack del verano se llama Pau Víctor, un chaval de Sant Cugat. 22 años. Huele a primer equipo. Ha costado tres millones sacárselo al Girona, 27 menos que los que se pagaron por Roque, sin dorsal. Por el momento, no hay explicaciones. Ni de Cury, ni de Deco, ni del presidente. Otra lección, la de Bernal y Casadó, al que Xavi no dió bola. Un error. Y un escándalo, los dos. Hace nada, el club mareaba la perdiz con Kimmich o con Merino. En lo que tarda el navarro en entender el juego, Bernal y Casadó han tejido mil pases. Son buenos, jóvenes, bien con y sin balón... Sólo queda una pregunta para Flick: ¿deben debutar en Valencia? Si siguen así, qué dudas puede haber.

Tercera lección, los laterales. Ves a Álex Valle, a Héctor Fort y a Gerard Martín, además de Balde. De verdad, ¿alguien le ve sitio a Cancelo? Ni su temporada ni la comparación le dan el billete. Salvo Mendes, que siempre está. En dos partidos, Hansi ha manejado a un grupo de mocosos que comprenden esto, se atreven, obedecen y curran hasta el amanecer. Su reto será que los mayores, aparte de marcarle la diferencia, también le hagan caso. Eso se verá. Pero que una gira, a veces, te desnuda y te enseña todo lo que no hay que volver a hacer, lo estamos viendo. La Masia es un tesoro impagable. Recordémoslo cada segundo.