¿Cuándo le llegará la titularidad a Vitor Roque?

Es un error de bulto no haber puesto al ‘9’ brasileño en el once de salida en Barbastro

Vitor Roque en el Barbastro-Barcelona de Copa del Rey

Vitor Roque en el Barbastro-Barcelona de Copa del Rey / EFE

Joaquim Piera

Joaquim Piera

Que Vitor Roque no saliera de titular en Barbastro ante un equipo de la cuarta categoría del fútbol español explicita la situación anómala que arrastra el Barça en estos últimos meses. Porque, calendario en mano, no había mejor escenario para el joven atacante brasileño (a los más inquietos hay que recordarles que solo tiene 18 años) que tener 90 minutos por delante contra el adversario más asequible posible para poder marcar su primer gol con la camiseta 19 del Barça.

Sí, los delanteros centros, así como los porteros, van a pecho descubierto y son esclavos de la estadística. Y a Tigrinho (qué gran apodo este), cuando expiren sus primeros seis meses de adaptación, el barcelonismo le pondrá una nota basándose únicamente en los goles y las asistencias que haya dado. Algo, por ejemplo, que no ocurre con los centrocampistas que siempre tienen coartada, como es el caso de Gündogan, que navega anodino desde que aterrizó en verano, o Frenkie De Jong, que algunos decían que tenía cosas de Johan Cruyff y nunca ha ofrecido un rendimiento compatible a su ficha.

Por cómo estaba el césped, por un estadio con poca capacidad y por la calidad individual del adversario, jugar en Barbastro era para Vitor Roque lo más parecido a un partido del Campeonato Mineiro o Paranaense, de los que afrontó con el Cruzeiro y el ‘Furacao’, respectivamente, en su etapa en Brasil. No hay discusión posible. Mejor encarar a un central de la Segunda RFEF que a uno de Primera División o de nivel Champions League.

Que Xavi alineara una formación llena de vacas sagradas, con alguna excepción como Fermín (¿qué más necesita hacer para gozar de más minutos?) o Héctor Font no transmite la sensación de seriedad deseada por el cuerpo técnico sino todo lo contrario: de miedo, de duda y de inseguridad, lo que acaba impregnando a todo el equipo.

Xavi se equivocó. No gestionó bien los minutos de Vitor Roque, que ahora aterriza en Arabia sin margen de error, porque el Barça sale con la presión de reeditar el título más fácil del año y, principalmente, buscar el esotérico punto de inflexión que haga recobrar el optimismo y la confianza tanto al equipo como a una afición alicaída.

Las debilidades del Barça, que se mueve a volantazos, no pueden afectar a un recién llegado al equipo y al fútbol europeo, que no tiene la culpa de lo que ha ocurrido en lo que llevamos de temporada.

Proteger a Tigrinho no es darle entrada a cuentagotas en las segundas partes, es ser valiente, empoderarlo y saberlo lanzar en el momento adecuado siendo consciente de que tiene todo un partido por delante. Lo de Barbastro es una oportunidad perdida y habrá pocas como esta.