Laporta y la lucha por remontar el club

El pulso con Nike por las camisetas es otra jugada atrevida para intentar sacar recursos con los que impulsar al equipo

Laporta confirma que el Barcelona planea volver este verano a Estados Unidos

Laporta confirma que el Barcelona planea volver este verano a Estados Unidos

L. Miguelsanz

L. Miguelsanz

La situación económica del Barça no invita al optimismo a plazo corto. Todo son noticias preocupantes que asfixian el día a día de un club que vuelve a necesitar un impulso para competir entre los grandes. Joan Laporta tuvo claro cuando llegó a la presidencia que era necesario ingresar lo máximo en el menor tiempo posible para intentar emular su antiguo círculo virtuoso que permitió al Barça ser hegemónico en Europa y liderar así los ingresos en el mundo del fútbol.

Primero fueron las palancas y ahora solo quedan la venta de activos -jugadores- o encontrar fórmulas imaginativas para intentar sacar rédito económico. Solo así se entiende la jugada que está meditando el club desde hace muchos meses con el tema de las camisetas. Ahogado por un contrato antiguo y desfasado y con la imposibilidad de renegociarlo, al Barça le queda la opción de fabricar su propia marca rompiendo con Nike. El pulso con la marca norteamericana es histórico.

No hay duda de que es el momento de tomar decisiones valientes. Y, en eso, a Laporta no le gana nadie.

En el Barça llevan muchos meses estudiando este tema. Muchísimos. La posición de fuerza del club con Nike no es una mera improvisación o un chantaje para acabar cobrando más dinero. Piden un contrato acorde a la importancia mundial de la entidad o están dispuestos a romper tras estudiar muy bien el mercado y ver las posibilidades que ofrece, con mayores ingresos. Se vienen unos días de máxima tensión que bien pueden acabar con una asociación de varios años.

El Barça no puede seguir viviendo atado de pies y manos. Sus grandes rivales campan a sus anchas por el mercado mejorando plantillas y derrochando millones para reforzarse. Tirar de La Masia es una necesidad y una obligación, pero también debe ser posible llegar a unos mínimos de inversión para acompañar con cracks a los chicos de la casa. No hay otro camino que el de ingresar para invertir bien porque, de lo contrario, se viene un ciclo peligroso en el que el equipo blaugrana tiene las de perder. Y Laporta lo sabe perfectamente y, por eso, actúa, aunque sea a la desesperada.