Opinión

Lamine, un menor en un mundo de adultos

Lamine Yamal, en el partido ante Croacia

Lamine Yamal, en el partido ante Croacia / Ebrahim Noroozi

Siempre tiene que ir acompañado de un adulto. Ya sea en entrevistas, actos con patrocinadores, incluso si les dan permiso para salir de la concentración. Al lado de Lamine Yamal, todos parecemos viejos. Algunos más que otros. Pero asume que la culpa es suya, de sus insultantes 16 años.

Esta semana se ha estrenado en la radio. Acude tímido y muy educado a la entrevista del 'Partidazo de Cope', desde la concentración en Alemania. Acompañado de la delegada de la Selección, Nuria Martínez Navas. Lamine solía escuchar la radio en los trayectos en coche. Eso era antes de tener móvil. Ahora su plataforma favorita ha pasado a ser 'tiktok'. Esta red social le recordó en la víspera, su debut en las ondas. El 'tiktok' y su madre, Sheila, a la que saca a relucir durante toda la charla. Se le nota enmadrado.

Después de un año vertiginoso, echa de menos ser anónimo para poder ir de compras o a buscar a su hermano al colegio. Ya no lo puede hacer, salvo que se esconda debajo de una capucha. Es el precio de la fama, no siempre fácil de gestionar. Aunque su alternativa al fútbol, la de ser 'streamer', tampoco le habría garantizado este anonimato ya olvidado. Un vídeo suyo en 'tiktok', tiene más de 10 millones de visualizaciones.

Se ha llevado los deberes de 4º de la ESO a la Eurocopa. Se le atragantan las Matemáticas y la Historia, como a cualquier chico de su edad. Le ayuda su profesor Oriol, ahora a distancia. Se comprometió con la Federación a atender a los medios durante esta concentración y ha cumplido su palabra. Sus dos mejores amigos, el de toda la vida y su primo, tienen terminalmente prohibido agobiarle con preguntas de fútbol. Tampoco le gusta ver los 'highlights' de los defensas rivales. Prefiere el factor sorpresa.

Hace solo un año disputaba un Europeo sub-17 en Hungría. El ritmo al que pulveriza récords, nos daría vértigo a cualquiera. A Lamine, no. Yamal solo quiere disfrutar y ser él mismo. Es el mejor consejo que le han dado como niño en un mundo de adultos.