Opinión

Karol G, Amaia, Dion, Biles... y Alexia

Alexia Putellas anotó el gol definitivo de España ante Brasil en los Juegos

Alexia Putellas anotó el gol definitivo de España ante Brasil en los Juegos / AP

En los últimos días hemos asistido a una lección de vida por parte de mujeres que son referentes en sus ámbitos. Karol G y Amaia Montero, Céline Dion, Simone Biles... Y ahora Alexia Putellas. Lo decía Fiamma Santana en ‘X’: “Se puede tocar fondo, se acepta, se gestiona y se vuelve a subir”.

La cantante colombiana llenó el Bernabéu, la semana pasada, cuatro noches seguidas. Una mujer que siempre ha hablado de la importancia de cuidar la salud mental y de quererse y confiar en una misma, y que hizo subir al escenario a Amaia Montero, una leyenda de la música española, para cantar ‘Rosas’, un himno. Una Amaia Montero que se tomó una pausa en su carrera musical para atender un problema de salud mental que le provocó una crisis emocional. Y regresó al escenario de la mejor manera.

Lo mismo con Céline Dion, que protagonizó el momento más bonito de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París, cantando el ‘Hymne à l’amour’ de Edith Piaf desde la Torre Eiffel en una actuación de piel de gallina y lágrimas. Emocionante. Una Céline Dion que también regresó a un escenario tras una pausa porque está aprendiendo a convivir con el síndrome de la persona rígida, una enfermedad que afecta a una persona por cada millón. De Simone Biles, poco que decir. La mejor gimnasta de la historia -ocho medallas olímpicas: cinco oros, con el logrado en París, una plata y un bronce- demostró que parar por salud mental no implica acabar con tu carrera. Ha vuelto a volar y es feliz. 

Karol G, Amaia Montero, Celine Dion y Simone Biles

Karol G, Amaia Montero, Celine Dion y Simone Biles / SPORT

Y Alexia Putellas. En su documental -Alexia: Labor Omnia Vincit (2022, Prime Video)- hay una frase, a su fisioterapeuta Adrián durante su recuperación de la lesión del ligamento cruzado anterior- que lo dice todo. “¿Te acuerdas cuando te dije que si esto se acababa aquí, estaba en paz conmigo misma? Pues, ni de coña”. Lo había ganado (casi) todo. Había hecho historia. Pero le quedaba mucho más por hacer.

“Cuando vuelva, me enfrentaré a bestias. Entonces, tengo que ser una bestia”. Se puso manos a la obra. Volvió, llegó justa para el Mundial, aceptó un rol secundario, empezó bien su temporada con el Barça... y otra lesión de rodilla. Cuatro meses más. Cuando regresó, había perdido la titularidad. Y nunca se quejó, siempre mirando por el equipo. Incluso tuvo que aguantar como muchos decían que no merecía renovar con el Barça. Y lo hizo, por dos años (más uno) más.

Fue suplente en la final de la Champions ante el Lyon y salió en los últimos minutos para anotar el gol que sentenció el título. En estos Juegos Olímpicos está siendo la mejor de España, con dos golazos, y acercándose a su mejor versión cuando pocos pensaban que iba a hacerlo. Y no es casualidad