De Jong no ha cambiado, el Barça sí

Frenkie de Jong ante el Villarreal

Frenkie de Jong ante el Villarreal / AFP

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Han pasado cuatro años desde que el Barça anunció uno de los fichajes más celebrados de la última década. De Jong llegó como el salvador del estilo y este verano estuvo cerca de irse con la etiqueta de no haber encajado en el juego de posición. El desenlace apuntaba a un titular: la historia de una confusión y una comparación desafortunada: Sergio Busquets.

Lo explicó a este diario el exatleta y periodista Martí Perarnau: “Se creyó que De Jong salía de un contexto y llegaba a otro idéntico y que no habría ningún problema de adaptación y esto no ha sido así. Con De Jong lo que ha habido es una gran confusión sobre el juego del Ajax. Se ha creído que era el mismo tipo de juego del Barça y no lo es de ninguna manera. Te diría que, excepto en la época de Van Gaal, el Ajax casi no ha practicado el juego de posición. Ha practicado otro tipo de juego que tiene el movimiento como eje central”. 

El movimiento siempre fue el motor de Frenkie. En el Ajax de Ten Hag partía de la base de la jugada, pero se movía con libertad por todo el campo. Era una exhibición de despliegue que incluya conducciones kilométricas, cambios constantes de posición y un equipo que lo buscaba constantemente. Nada que ver con el libro de estilo del mediocentro en el Barça: juego al primer toque y control posicional. El club ha vivido los últimos años obsesionado en clonar a Busquets con un jugador que no tiene nada que ver. Y en ese proceso ha sufrido De Jong, que además ha tenido que amoldarse a una posición, la de interior, que le ha jugado en contra porque no le permitía ver el juego de cara ni participar tanto como le gusta. 

Durante todo este tiempo se ha visto un De Jong irregular, con picos de rendimiento, que nunca ha renunciado a ser el futbolista del Ajax. No ha sido hasta ahora cuando hemos visto su versión más reconocible como si hubiera llegado a un acuerdo tácito con Xavi. Como si el técnico hubiera entendido, finalmente, que no tiene que buscar en De Jong las soluciones de Busquets.

Se ha visto en los dos últimos partidos. Especialmente en La Cerámica, donde pudo conducir el balón, abandonar su posición y participar constantemente del juego. El cambio no ha sido de Frenkie, sino del Barça, que le ha creado finalmente el contexto que necesita. Ante el Villarreal, con la fórmula de los cuatro centrocampistas, Kessie jugó de cierre para liberar a De Jong. Lo aprovechó el neerlandés, que ha pasado de transferible a imprescindible sin renunciar a ser él mismo.