Joao Félix, cuál es su techo y cuánto debería pagar el Barça

Joao, en una imagen de archivo

Joao, en una imagen de archivo / Javi Ferrándiz

Dídac Peyret

Dídac Peyret

El rendimiento de Joao Félix (24 años) en el Barça está dejando sensaciones encontradas. No es nada nuevo, desde que fichó por el Atlético transmite lo mismo: es un futbolista con un envoltorio excitante, pero hay una brecha entre lo que sugiere su fútbol y su trascendencia en el campo

Ocurre a menudo con el talento joven: las expectativas son tramposas. El jugador que nos imaginamos es solo un molde idealizado de lo que vemos en el campo. Joao Félix tiene algo evanescente: entra por los ojos y tiene un impacto inmediato, pero se diluye a menudo. Hasta ahora no ha demostrado ser un futbolista para liderar un equipo top, pero su talento sigue invitando a pensar que puede serlo si exprime su potencial.

En el Barça ha repetido un patrón parecido al del Chelsea: un arranque fulgurante y un bajón después. Lo más preocupante es que se repita la misma dinámica en escenarios tan distintos. En el Barça recibe muchas veces el balón en zonas donde puede marcar diferencias. El contexto le juega a favor, pero las jugadas empiezan mejor de lo que terminan. Algo se tuerce por el camino, como si no tuviera la determinación de los delanteros definitivos. 

Las buenas noticias

Pero no todo son malas noticias. Se está viendo la versión más implicada de Joao Félix. En defensa sorprende la continuidad de sus acciones y en ataque siempre quiere el balón. En sus días más inspirados, ha demostrado ser una pieza clave para potenciar el cuadrado de Xavi, porque pocos jugadores ofrecen tantas soluciones en espacios reducidos.

Félix es un especialista en eso: un jugador sofisticado que saca ventajas a base de giros, caños y controles orientados. Hasta ahora el diagnóstico con Joao Félix está bastante claro: es un futbolista muy interesante para el Barça, pero está lejos de ser el crack que proyectaba el Atlético cuando pagó más de 100 millones. 

Si el Barça lo quiere en junio, no puede pagar el precio por el jugador que se imaginó el Atlético hace cuatro años. La cantidad debe ajustarse a una realidad que está lejos de los 80 millones.