Joao Félix, nacido para el Barça

Joao Félix fue determinante ante el Betis

Joao Félix fue determinante ante el Betis / VALENTÍ ENRICH

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Hay jugadas que definen un estilo de juego y un estilo de futbolista. En este caso, es una genialidad sin ni siquiera tocar el balón, un  engaño con el que Joao Félix rompió a toda la defensa del Betis.

Una maniobra de crack, de jugador inteligente, con capacidades y recursos que muy pocos tienen. Joao Félix fue el genio que dejó pasar el balón que le envió Christensen y Lewandowski, el otro genio, el "cómplice" necesario en la ocasión, que por puro instinto goleador entendió el movimiento de su nuevo compañero, siguió la acción y fusiló el gol. Cualquier otra solución a la jugada no hubiera tenido esa continuidad exitosa ni, lo más importante, su toque de distinción.

Es este preciso instante el que demuestra que Joao Félix es un jugador con ADN Barça. Se ha criticado su fichaje por su fracaso en el Atlético y su mal paso por el Chelsea. Críticas vacías de argumento, pues el argumento a valorar debía ser su alineación con el estilo más que su encaje en la pizarra. Y ahí pocas dudas debería haber. 

EL HÁBITAT

Es cierto que esto acaba de empezar y que a Joao Félix solo le hemos visto un día y un día que todo le salió bien al Barça. Pero insisto en centrar el foco en las condiciones del portugués.

Tiene fútbol y magia y un jugador así necesita un hábitat que le permita desarrollarlas. Desde luego, no es el Atlético de Simeone, donde priva la intensidad y se busca el resultado a partir de los fundamentos defensivos. Tampoco el Chelsea, y en general el fútbol inglés, a excepción del City.

Con más físico que toque, Joao lo tiene complicado. El Barça es su sitio. En dos semanas ha entendido lo que quiere Xavi y a lo que juega el equipo. Ha conectado con Lewandowski, bendito socio el que le ha caído al polaco. Si no es en el Barça, no resurgirá en ningún otro equipo. No es una exageración: es un futbolista nacido para el Barça. Dejémosle que fluya el encanto de su encuentro.

Otra cosa será cuando le toque defender, la duda que tiene Xavi. Pero les diré una cosa: cuando uno es feliz y se siente arropado, es mucho más fácil que se esfuerce para mejorar sus debilidades.