El "Jardinero" que les pintó la cara

Xavi Hernández FC Barcelona

Xavi Hernández FC Barcelona

David Bernabeu

David Bernabeu

No existe un entrenador en Europa, líder intratable de su competición, que aparezca tan ninguneado como Xavi Hernández. No lo busquen. No lo encontrarán. Procede el Barça de la peor crisis de su historia. Desde que Neymar traicionara al club en 2017, justo dos años después de despedir a Xavi, las penurias secuestraron al Camp Nou. Ocaso generacional, fracasos sonados en la Champions y una política deportiva impresentable, con un impacto irreparable en la economía y un remate desgarrador: el adiós del mejor futbolista de la historia. Por no hablar de la lista de escándalos que han sacudido a la entidad.

En ese contexto, aterrizó Xavi. Heredó un roto, noveno en la Liga, con un vestuario lleno de vicios adquiridos en tiempos de gloria, ya sin nivel para grandes retos y un fútbol base destrozado. Hubo futbolistas, con varios años en la casa, que llegaron a pararle la sesión... “míster, disculpe, ¿a qué se refiere con lo del tercer hombre?”. Chavales que iban a entrenar y no miraban antes de recibir, algo surrealista a estos niveles de formación. En varias encuestas, la afición dudó incluso de que el Barça acabara cuarto.

Así lucía el patio. Cero autoestima y un montón de miedo. Hernández puso orden, dió en el clavo con los refuerzos, tuvo momentos de gran fútbol, ganó 0-4 en Chamartín y se plantó segundo. Hoy, anda a un pasito de cerrar la Liga. Tres años después, sin Messi y con peor plantilla que su gran rival. Xavi se equivocó sólo en una cosa: nunca debió alimentar lo del plantillón. No lo había, como se ha demostrado. Pero sus números pasarán a la historia. Son tan incontestables como molestos para quienes le tienen entre ceja y ceja. No nos preguntemos si Xavi será otro Pep. Preguntémonos qué hubiera hecho Guardiola sin Messi y con estos futbolistas. Esa respuesta es la que vale para medir a Xavi. Más cariño, más comprensión y menos riña con el “Jardinero”.