Al Inter le salió el partido como quería

Raphinha, ante el Inter

Raphinha, ante el Inter / Valentí Enrich

Pichi Alonso

Pichi Alonso

Xavi introdujo ayer una variación táctica destacada: Sergi Roberto de lateral derecho y, en la otra banda, Marcos Alonso prácticamente de extremo, muy profundo, obligando a Rafinha a jugar por dentro, como interior. Esa disposición no le funcionó al Barça. La mayor parte de los ataques azulgranas se produjeron por banda derecha, donde Dembélé, en el primer tiempo, empezó muchas cosas pero no acabó ninguna.

Es verdad que el Barça mandó, que jugó casi siempre en campo contrario, pero muy impreciso, hasta el punto de no crear peligro en el primer tramo del partido.  Podemos decir que la primera parte salió como estaba escrito en el guión del Inter: un equipo muy sólido atrás, bien colocado, solidario en las ayudas y con la clara intención de robar y salir al contragolpe a la mayor velocidad posible y con un fútbol muy directo.

La incomodidad a la que el Inter estaba sometiendo al Barça solamente se la sacaron de encima los azulgranas a base de centros. Pero esta vez ni siquierapudo aparecer Lewandowski, que prácticamente no pudo tocar balón, perdido en la densa defensa italiana. La única vez que Dembélé centró con acierto, por cierto, acabó en el gol anulado a Pedri por mano de Ansu. 

Aunque parezca mentira, todo el arsenal ofensivo del Barça, que puso a sus mejores jugadores sobre el terreno de juego, no sirvió para doblegar a un Inter que al final se olvidó de jugar a fútbol y lo basó todo en defenderse como gato panza arriba.

Una derrota que echa agua helada sobre la gran ilusión que ha generado este equipo, sobre todo en la Liga. El Barça se complica mucho la vida en la Champions y ahora no tiene más remedio que jugar cada partido como una final a vida o muerte. Se repite la situación del año pasado.