Opinión | Tuercebotas

Informar, Explicar, Implicar, Entretener

Los lectores de los diarios exigen hoy un servicio informativo que cubra sus necesidades, gustos e intereses

SPORT vive el clásico

SPORT vive el clásico / SPORT.es

Esta semana, el diario ‘Sport’ ha estrenado un ‘restyling’ de su edición impresa, sus plataformas digitales y formatos audiovisuales, primera hornada de cambios con los que el diario, que la semana que viene cumple 44 años, sigue adaptándose a la obligada transformación que vive el sector del periodismo. El director de ‘Sport’, Joan Vehils, ha resumido el propósito del diario en informar, explicar, implicar y entretener a los lectores. No son verbos elegidos al azar, son las cuatro motivaciones principales por las que los lectores acuden al ecosistema multiplataforma del diario, desde la edición impresa hasta los diferentes canales digitales en los que es posible leer, ver y escuchar información creada por los periodistas de ‘Sport’.

El periodismo de hoy no se entiende sin la colaboración estrecha con los lectores. El viejo oficio de reportero en formato analógico ya sufría cuando se alejaba de su lector, pero el feed back entre los periodistas y su público era rudimentario. En cambio, el entorno digital permite saber en tiempo real cómo interaccionan los lectores con nuestros artículos. No se trata tan sólo del click, sino de todo tipo de información, como qué porcentaje de nuestro público llega al final de nuestros textos, cuántas veces ha sido compartido en redes sociales o cuántas noticias de media ven los lectores que entran en la portada principal de nuestra web. Todos estos datos, una tormenta de cifras, sirven para escuchar la voz de nuestros lectores, que continuamente nos dicen qué quieren leer, cómo, en qué formato, cuándo y dónde. Los periodistas hemos pasado de elaborar un producto informativo a ofrecer un servicio en el que el lector, el usuario, ocupa el centro, como por otro lado sucede en el resto de los servicios digitales, no somos únicos en esta profunda transformación social.

El reto para las redacciones es mayúsculo: no basta con informar, por ejemplo, del Barça-Madrid, los lectores nos exigen más. Por supuesto, tenemos que informar antes, durante y después del partido, y en tiempo real. Pero también debemos explicar lo que ha sucedido en el campo, analizar el rendimiento de los equipos en conjunto e individualmente, e interpretar las consecuencias del resultado. Además, tenemos que establecer los canales para implicar a los lectores en nuestra información: sus opiniones sobre el partido, los temas sobre los que tienen dudas, lo que querrían saber. Todo ello sin olvidar que el fútbol es un espectáculo, lo más importante de las cosas menos importantes, y que entretener también forma parte de lo que nos exige la audiencia.

La vieja estructura de cobertura de un partido del Barça (crónica, contracrónica, reacciones, seguimiento de los jugadores clave, declaraciones post-partido, 1x1 de los jugadores, análisis de expertos...) ha dado paso a una compleja red de piezas dirigidas a diferentes audiencias con motivaciones dispares que empiezan a publicarse días antes de que ruede el balón y siguen mucho después de los tres pitidos finales del árbitro. Un diario hoy es mucho más que un producto informativo o un proveedor de contenidos: también es una marca, una comunidad. Cuanto más robustos sean los lazos entre los periodistas y sus audiencias (en plural, puesto que tenemos muchas más que una), mayor será su capacidad de ejercer un periodismo de calidad, precondición imprescindible para todo lo demás.

Comparado con otros campos del periodismo, el deportivo permite construir con los lectores unos fuertes vínculos basados en el amor por unos colores, la pasión por una actividad deportiva, el impacto social de las gestas deportivas y el ejemplo y las enseñanzas de las historias de superación personal. El entorno digital impone que esta relación ya no sea jerárquica, sino que debe ser colaborativa y horizontal. Como toda transformación, no es un proceso sencillo para los diarios, puesto que implica cambios culturales, organizativos y de rutinas de trabajo. Pero al mismo tiempo es una oportunidad para ser más fuertes de la mano de una comunidad que pide a los periodistas que sean mucho más que quienes deciden y jerarquizan las noticias. Infórmame, explícame, implícame y entretenme es lo que nuestras audiencias nos demandan.