Opinión

La infinita paciencia de Xavi

Xavi Hernández se separa (por ahora) de Ansu Fati

Xavi Hernández se separa (por ahora) de Ansu Fati / EFE

El día que Xavi deje el banquillo del Barça, esperemos que dure muchos años, será para tomarse un año sabático. Uno, como mínimo. Lo hizo Guardiola, lo hizo Luis Enrique y lo hará Xavi. Entrenar al Barça es una profesión de alto riesgo que produce un desgaste infinitamente superior al de cualquier otro equipo del mundo. Aquí se cuestiona todo, se duda de todo y se exige rendimiento inmediato a los futbolistas, pero también a los entrenadores.

El técnico del Barça lo ha explicado en diversas ocasiones y solo su amor y estima por el club lo hacen resistente a estas adversidades.

A todo eso, Xavi ha demostrado tener una paciencia infinita. Hasta el viernes pasado a las 12 de la noche, el entrenador del Barça y su staff, no sabían cuál sería la plantilla con la que podrían contar esta temporada y, encima sin tener su propio contrato renovado. Así que Xavi, además de paciencia, ha vuelto a demostrar su compromiso con el club. Otro, en sus mismas condiciones, hubiera exigido firmar el primero.

Xavi no es un tipo perfecto, como nadie, pero suele ser el primero en realizar autocrítica tras los partidos. La noche del domingo, sin ir más lejos, explicó que no estaba contento con el juego desplegado en Osasuna. Una opinión sincera y que coincide con algunos de nuestros pensamientos vertidos tras el encuentro. Este Barça puede y debe jugar mejor y así se lo reclamamos a Xavi y lo seguiremos haciendo. Sin embargo, eso no quita que el Barça tiene un grandísimo entrenador y una persona implicada con su club.

Tan comprometido que no le habrán oído ni una mala palabra sobre la entidad, su presidente o los dos directores deportivos que ha tenido. O sea, que desconocemos si está contento con los refuerzos que le han traído. Pues por todo eso y por mucho más, renovar a Xavi hasta el 2026, es la mejor decisión que se ha tomado este verano.