Entre hipócritas y ofendiditos

Lluís Carrasco

Lluís Carrasco

Entre hipócritas y ofendiditos ha transcurrido la semana. El ya famoso tweet de Camps, directivo culé, es en realidad la historia de un disparate. El disparate del propio comentario en X del dirigente que en un acto de incontinencia digital le dio por dejar huella en la red de lo que pasaba por su cabeza, sentado ante una televisión, viendo las estupideces de un jugador de futbol. El disparate de quién internamente va pidiendo su dimisión (que todo se sabe) ante lo que solo considero un error y una chorrada a partes iguales. El disparate de quién convierte en noticia de portada una anécdota que en realidad fue eliminada por el propio autor consciente de que era indigna de un representante oficial del Club. El disparate de un país, falso y fariseo, que gusta de perder el tiempo en nimiedades mientras lo importante sigue esperando alguna atención.

Ese disparatado día, me encontraba en directo en el programa ONZE de Esport3/TV3, y tras comentar con mis compañeros la inoportunidad y desatino de la publicación del más rockero de nustros directivos, la escaleta del espacio, caprichosa ella, quiso que entrara en directo el adjunto a la dirección del diario AS, madrileño y madridista donde los hayan, Don Joaquín Maroto. Maroto desconocía la existencia de ese tweet, y al ser informado de su contenido y de que Camps reclamaba una colleja para brasileño por payaso y vacilón, el bueno de Maroto, un tipo simpático y sincero, soltó: ¡Hombre! ¡Alguna colleja sí le vendría bien! Para seguir afirmando por dos veces que el polémico extremo madridista se convierte a veces en “un pelo en la sopa” (un eufemismo para no calificarlo de broncas, fastidioso o incordiante).

¿Perdonaba, un madridista, el contenido del desafortunado tweet diciendo eso? En absoluto. Simplemente le restaba trascendencia tras afirmar, eso sí, que efectivamente era lamentable y criticable a las puertas de un clásico especialmente caliente. Que Vinicius, deportivamente, es tan bueno como cretino lo piensan culés, béticos, valencianistas y madridistas, pero cierto es que Camps, por el cargo que ostenta, se equivocó al publicarlo. Y es que hay verdades que se pueden pensar pero no publicar.

¿Y para dar colofón al disparate ahora inventan que Florentino Perez no viene por un tweet? No nos traten de idiotas. Jamás el presidente blanco anunció oficialmente al Barça su asistencia al partido, ni a la comida, ni a nada de nada, y ahora va el madridismo sociológico más sensacionalista y se agarra a la bobada de la semana para atacarnos por una violencia que jamás ha existido intentando justificar su no presencia.

Lo dicho, país de hipócritas y ofendiditos. ¿Qué Florentino no viene? Pues mejor para ti, Miquel, podrás repetir de croquetas.