LA OPINIÓN

Solo hay tres como él: Samitier, Kubala y Leo Messi

Johan Cruyff en un amistoso celebrado el 12 de diciembre de 1999 entre veteranos de la selección hoalndesa y exjugadores extranjeros que jugaron en la Liga neerlandesa

Johan Cruyff en un amistoso celebrado el 12 de diciembre de 1999 entre veteranos de la selección hoalndesa y exjugadores extranjeros que jugaron en la Liga neerlandesa / sport

Agustí Montal

En el momento de conocer la triste noticia se me agolpan los recuerdos y las experiencias vividas al lado de Johan. Ante todo, hay que decir que era una gran persona y un gran futbolista, también un grandísimo entrenador y creo que su gran obra fue cambiar el estilo de fútbol del Barça. Yo creo que la historia del fútbol le recordará por ser un avanzado a su época, un hombre que tenía las ideas muy claras y que las aplicó con una energía y sapiencia extraordinarias. Y como persona, doy fe de que era un gran padre de familia, un hombre fiel a sus amigos y a sus ideas y, también, un profundo amante del deporte y de los valores del deporte.

Nuestra relación como presidente y futbolista fue correcta, aunque no extraordinariamente intensa. Cuando se retiró continuamos viéndonos en alguna ocasión y más tarde compartimos más de una partida de golf, lo que me permitió conocer más su bondad como persona. Estaba siempre pendiente de su familia, de su esposa, de sus hijos, ahora de sus nietos, ayudaba a sus amigos y compañeros. Cuando jugaba en el Barça recuerdo que vino a pedir un aumento de ficha para Miquel Corominas, buscaba siempre ser justo con todos y que todos pudieran beneficiarse de su gran personalidad.

Personalmente estoy muy orgulloso de haberle fichado para el Barça. Era el mejor futbolista de la época, campeón de Europa, Balón de Oro, era un jugador que había revolucionado los sistemas de juego. Nosotros nos pusimos en contacto con él pese a no estar abiertas las fronteras para los extranjeros. Luchamos hasta el infinito para traerlo. En Madrid encontramos muchas pegas y el propio Santiago Bernabéu quiso ficharlo para su club, pero hicimos un pre-fichaje en La Coruña, durante un torneo Teresa Herrera. Armand Carabén arrancó su compromiso y no nos falló. Su llegada a Barcelona fue como un aire de libertad y alegría. Cambió la historia del Barça a un nivel que solo otros tres jugadores han hecho, Samitier, Kubala y ahora Messi.