Opinión

¿De verdad hay que prepararse para perder?

Joan Laporta y Hansi Flick se estrechan la mano en las oficinas del FC Barcelona

Joan Laporta y Hansi Flick se estrechan la mano en las oficinas del FC Barcelona / FCB

Hoy vamos a hablar de realidades. De la que está viviendo el Barcelona en el día de hoy y, también, del futuro. Resulta que el Real Madrid es campeón de Liga y de Europa y que acaba de fichar a Mbappé (25 años). Además, como ha planificado bien, tiene a jugadorazos como Bellingham, Brahim, Camavinga, Güler, Lunin, Rodrygo, Tchouameni, Valverde y Vinicius, todos por debajo de los 26. Y para cerrar el círculo, Florentino tiene dinero para fichar. Se prevé una dictadura futbolística madridista para el próximo lustro. Así que, según se lee, se escucha y se ve, el resto de clubes deben prepararse para perder.

Cuentan que el problema del Barcelona en la era Xavi Hernández nace en el momento en que se generan unas expectativas de rendimiento muy altas. Según parece, el discurso inicial del presidente Joan Laporta no fue el correcto. Lo mejor hubiera sido decirle al socio que el club estaba arruinado y que en las actuales circunstancias era muy difícil ganar nada e imagino que, a continuación, se debía bajar al vestuario para explicarle a los futbolistas que como el Barça está en período de transición hicieran todo lo posible para ganar, pero que no se preocuparan si los títulos no llegaban porque lo importante era prepararse para el futuro.

Si hablamos de realidades, ¿cómo se le explica a una plantilla como la azulgrana que se prepare para perder? ¿Puede algún entrenador sentarse en una sala de prensa para explicarnos que como el rival vive una época dorada debe imponerse un discurso realista orientado a darle normalidad al no ganar? ¿Es que la plantilla del Barcelona está formada por futbolistas de segunda fila que deben entender que ahora mismo no hay nada que hacer y, por tanto, hay que pensar en el futuro? "¿Qué futuro?", dirán todos los que se acercan o superan los 30 años. ¿Alguien cree que ellos y sus compañeros más jóvenes, todos deportistas de gran ego, no se ven en condiciones de competir y van a aceptar este discurso? ¿Cuántos grandes clubes europeos estarían encantados de contar con Araujo, Balde, Cubarsí, Frenkie, Gavi, Lamine, Pedri, Ter Stegen y otros...?

La realidad es que toca ponerse las pilas y buscar las soluciones para rebelarse ante lo que parece una evidencia. Xavi lo intentó y su proyecto no salió bien, pero la historia está llena de plantillas que una temporada parecían malas y que en la siguiente rindieron. En la fórmula Flick todo está por descubrir, pero el nuevo entrenador, más allá de las altas y bajas, tiene el reto de tocar la tecla justa para sorprender, ejemplarizar con sus comportamientos y convencer de que si el rival es mejor hay que quejarse menos y trabajar el doble en lo físico, táctico, técnico y mental porque hay que recordar que esto es deporte y que no siempre los mejores jugadores conforman el mejor equipo.

Ante la previsible dictadura madridista tras el fichaje de Mbappé hay que quejarse menos y trabajar el doble.