Opinión

Hay demasiadas ganas de matar a Xavi

El técnico no es el único culpable de los malos resultados

Ya nadie se acuerda de que aceptó venir con el club en la ruina económica y deportiva

Rueda de prensa de Xavi

Rueda de prensa de Xavi

Quizás le haya faltado autocrítica en algunos momentos, quizás se haya equivocado en algunas decisiones e, incluso, quizás podría haber impuesto algo más de mano dura en el vestuario, pero lo que parece bastante obvio es que Xavi Hernández ni está sentenciado ni es el único culpable de la falta de resultados deportivos en este último curso. Es evidente que el debate sobre su continuidad está al orden del día y también parece que hay demasiadas ganas de matar a Xavi antes de tiempo.

Lo que antes era un clamor desde Madrid, dónde siempre ha caído mal, ahora se ha trasladado hacia Barcelona tras el KO en la Supercopa y la eliminación en la Copa. Y parece que vale todo cuando la temporada solo ha hecho que llegar al ecuador. Hay demasiadas prisas, muchos nervios y poca crítica constructiva cuando las notas deben llegar a final de temporada. Y Xavi es el primero que es consciente de que, si esto no acaba bien, deberá dar un paso al lado por el bien del club, pero ese momento aún no ha llegado por mucho que se empecinen algunos y, quizás, tampoco acabará de llegar en el mes de junio.

Nadie se acuerda ahora que a Xavi le fueron a buscar en un momento en el que el Barça estaba en la ruina deportiva y económica e, incluso, se dudaba de la clasificación para la Champions. Ni tampoco nadie tiene memoria con algunas imposiciones a nivel de fichajes que no han estado a la altura de lo que exige el Barça. Ahora vale todo y el foco está claramente en el banquillo, algo que no ayuda en nada a un equipo que necesita tranquilidad para enfocar el imposible: ganar algún título importante esta temporada.

A Xavi se le está viendo algo resignado tras los palos que le están cayendo, pero ojo porque está capacitado para resucitar. El entrenador parece haberse dado cuenta que la tecla puede pasar por dar el protagonismo a los jóvenes, cargarse alguna vaca sagrada que no está demostrando nada y jugársela el todo por el todo al ataque. Si debe morir, seguro que lo hará sin traicionar su filosofía. Y es que cuando ha sido valiente, las cosas le han ido mejor. Aún puede ser que Xavi sea el último que ría en toda esta historia.