Opinión

Gundogan, víctima de la mala planificación del Barça

El club ha sido incapaz de vender a quien tocaba y el alemán paga los platos rotos

"El Barça y Gündogan prefieren que el jugador se vaya al City"

José Álvarez contó la última hora de 'Caso Gündogan' en El Chiringuito / El Chiringuito

Gundogan fue el jugador de campo que más minutos tuvo la pasada temporada. Eso no le aseguraba nada, ya que se empezaba un nuevo proyecto, con un sistema de juego diferente y con algunos fichajes que podrían dejarle con menos espacios. El centrocampista, que no fue fichado por la actual dirección deportiva, ya se olía algo extraño cuando llegó a la pretemporada. Es de ese tipo de futbolistas que las ha visto de todos los colores y empezó a tener claro que el club deseaba sacárselo de encima. Y no por motivos deportivos, pero sí económicos.

Su marcha no era imperiosa, pero si no se daban según que ventas irían a por él para ahorrarse una de las fichas más altas de la plantilla. Y así ha sido. Tras solo un año en el club prácticamente le invitaron a salir argumentando que este curso no iba a ser titular. Podía haberse atrincherado como hay algunos dentro del vestuario, pero Gundogan quiere seguir disfrutando de esto y ganando y ha dado una auténtica lección. Sin hacer ruido se marcha. Y no a cualquier sitio: se va al Manchester City, uno de los dos mejores equipos del mundo en la actualidad.

Gundogan ha pagado los platos rotos de una mala planificación. Ya nadie sabe como acabará esto en lo que queda de verano, pero a 21 de agosto no se han hecho los deberes y el Barça no ha querido, no ha sabido o no ha podido vender lo que necesitaba. El club necesita liberar masa salarial como sea para, sobre todo, inscribir a Dani Olmo y ante la incapacidad de obligar a los jugadores que no interesan a irse, el alemán ha dado un paso al frente que salvará la vida al Barça. No era lo deseado, pero ahora ha sido obligatorio.

Habrá quien diga que Gundogan no marcó las diferencias la temporada pasada, que estuvo irregular en los partidos decisivos del curso, que no se mordió la lengua en algunos momentos y enfadó al vestuario, pero nadie le podrá reprochar que es un auténtico profesional y que, por su rendimiento, el Barça pudo acabar dignamente la temporada. Porque sin él, quizás, habría sido peor. Seguro que en el City estará algo más tranquilo.