Opinión

Lo de Gündogan no puede repetirse

Ilkay Gündogan, durante el partido ante Suiza.

Ilkay Gündogan, durante el partido ante Suiza. / Europa Press

El primer año de Ilkay Gündogan en Barcelona fue de notable alto. Incuestionables sus números si hablamos de ‘tangibles’ (cinco goles y 14 asistencias, récord de su carrera este segundo), la sensación con el germano es que tiró del carro en muchas fases del curso y partidos, pero no alcanzó esa chispa o ese punto álgido a nivel físico que quizás sí exhibió durante sus años en el Manchester City.

Su influencia en el peso del juego del Barça fue menor a lo que debería, pero ahí hay que señalar varios factores para explicarlo. El primero, que es inconcebible que, a sus 33 años (34 cumplirá en un par de meses), jugar 51 partidos oficiales y más de 4.100 minutos no es de recibo. Es un tiro en el pie en toda regla. Es, con diferencia, la temporada con más minutos jugados en toda su trayectoria. Nunca había estado tan sobreexplotado.

NECESITA FRESCURA

A un perfil como ‘Gundo’, que quieres que sea determinante en 3/4 de campo y que llegue permanentemente de segunda línea, no puede sacrificarlo en el doble pivote y pedirle esa doble función y que recorra una kilometrada en cada partido. Primero, porque pierde la frescura y la imaginación cuando pisa área contraria; segundo, porque no es un perfil ‘coast to coast’ y lo que acaba es dejando la casa por barrer, como se dice coloquialmente.

Dicho esto, vale incidir en el hecho de que Xavi se vio obligado a ‘quemar’ al ex del City por culpa de una plaga de lesiones que afectó a Gavi de gravedad, que salpicó a Pedri, a Frenkie de Jong. Dentro del famoso ‘rombo’, vimos a Ilkay jugando en el doble pivote y más cerca del área, dependiendo de qué ‘agujero’ tenía que tapar.

Hansi debe ser más selectivo con Gündogan

En cualquier caso, la idea esta próxima temporada, ya como decíamos con el germanoturco con 34 años, debe ser la de dosificarlo. Más minutos de calidad y menos carga desmedida e innecesaria. El hecho de que Hansi Flick pueda seleccionar más los momentos de juego de Gündogan, que se espera que sea una de sus extensiones sobre el terreno de juego y a nivel comunicativo (por su dominio del alemán y del español y su peso en el vestuario), dependerá del contexto.

La idea es que las posiciones estén de nuevo dobladas. Fermín, Frenkie, Gavi recuperado a partir de noviembre aproximadamente. Y alguna sorpresa que pueda asentarse de la cantera como Marc Bernal o Unai Hernández, que empiezan la pretemporada con la primera plantilla y partirán de cero con Flick. Es vital generar un ecosistema en el que Gündogan esté arropado, pueda quedar más liberado y pisar área con frescura y sin las ‘cadenas’ de bajar entre los centrales y estar en el origen de la jugada. Y, sobre todo, que no se vea obligado a jugar 180’ a la semana por obligaciones del guion. Más aún con un calendario aún más denso con la nueva Champions...