La gran noche de Diego Costa

Gran partido de Diego Costa

Gran partido de Diego Costa / sport

Rubén Uría

Rubén Uría

Había que hacer que ocurriera y ocurrió. La selección tuvo un debut sufrido que fue una montaña rusa de sensaciones encontradas. Un penalti en contra nada más empezar, un ‘Karius’ de De Gea – decían que el debate estaba en el ataque y realmente puede que lo esté en la portería- y un postrero gol de Cristiano, que estuvo estelar toda la noche. España reaccionó con casta y fútbol, mereció más porque expuso más, pero no encontró premio y se tuvo que consolar con un punto. Ocurrió justo después de que Lopetegui enviase, a través de las redes sociales, un mensaje de ánimo para el grupo del que ya no es el máximo responsable. Ocurrió porque Fernando Hierro logró motivar a un equipo que se unió en la adversidad. Y el que hizo que ocurriera, al margen del notable colectivo, fue Diego Costa. La bestia de Lagarto, al que una abrumadora mayoría de la prensa rechaza por cuestiones de estilo, de camiseta y por alguna que otra razón tan grave como inconfesable, hizo un partido tremendo. El que le reclamaban sus detractores. El que le ha servido para que todos los que han abierto la boca, la cierren de una vez. Hizo un golazo de la nada y facturó otro en el rol de 9 puro. A eso hay que sumarle el misil-tierra aire de Nacho y el partido notable de Ramos, Alba y Koke. Enfrente estuvo, Portugal, campeón de Europa. Con llamado Gonçalo Guedes – Lim, fíchalo, último aviso- y con Cristiano, al que si persiguiera la humildad, nunca le alcanzaría, pero que es un futbolista inmenso y quizá, el mejor goleador de todos los tiempos. Su hat-trick – penalti discutible, regalo de De Gea y falta espectacular-, frenó la remontada de España. Queda mucho Mundial por delante. El empate deja mal sabor de boca, pero no es malo. Al menos, la noche sirvió para demostrar que Diego Costa suma, no resta. Para eso, y para comprobar que España no es favorita a nada, pero sigue siendo aspirante a todo. Aún falta por jugar contra Irán y Marruecos. Moraleja: entonces no se podrá tener ni un solo fallo más. Esto es un Mundial. Y si regalas más, te vas a casa.