El gran inicio no evitó otra decepción final

Pichi Alonso

Pichi Alonso

Brillante primera parte del Barça en la que logró el gran reto del partido: igualar en intensidad al Manchester United. Y lo hizo exhibiendo un bloque muy compacto y sólido. Los de Xavi trabajaron bien la salida de balón desde atrás y estuvieron agresivos en la presión arriba tras pérdida. Dos virtudes que dejaron sin argumentos a un United carente de brújula.

En esta labor sorda, destacar la aportación de Kessie y Sergi Roberto. Gran aportación de la pareja tanto en la disputa de los balones como a la hora de combinar con sentido en las circulaciones. Vaya por delante un dato más que elocuente: el Manchester solo creó una ocasión de peligro en una acción en la que Bruno Fernandes ganó la espalda de Balde.

Rashford en todo momento se vio anulado por una defensa en la que Araujo, ya de central, rayó a un nivel excelente.

Gol... y pérdida de control.

La segunda mitad fue una historia totalmente diferente. En primer lugar porque el United empató en el 47’. Un gol que dejó tocada la línea de flotación del equipo: pérdidas de balón y partido absolutamente abierto, donde los de Ten Hag se sentían mucho más cómodos. En una pérdida de balón de Koundé el United se llevó el premio final con el gol de Antony.

El problema es que tanto Sergi Roberto como Kessie, brillantes en el primer tiempo, desaparecieron acusando el enorme desgaste físico. Y el banquillo tampoco aportó soluciones. Derrota europea digna, pero derrota al fin y al cabo demostrando que el equipo todavía echa de menos algunos argumentos deportivos para plantar cara a los grandes equipos del momento.