El gran desafío de Pep

Guardiola, concentrado durante el partido

Guardiola, concentrado durante el partido

Alfredo Martínez

Alfredo Martínez

Guardiola no tiene que demostrarle nada a nadie. Durante las dos ultimas décadas ha demostrado ser el mejor entrenador del mundo. Ha gobernado la poderosa Premier League con mano de hierro en los últimos tiempos. Desde que salió del Barcelona ha pasado tres temporadas en el Bayern y siete en el Manchester City tras tocar el cielo en el Camp Nou y en el Barcelona. Uno de los mejores entrenadores del mundo, para muchos el mejor, no gana la Liga de Campeones desde el año 2011.

Ha ido confeccionado una plantilla y una máquina de ganar casi, casi perfecta. Ganará una nueva Premier League, la quinta en seis últimos años, y a lo que se ve, este año si, acaricia claramente el título tan deseado por todos y que nunca ha conquistado el millonario equipo británico de los citizens.

Ha formado un equipo cada vez más solido, más consistente, más seguro y más ganador. Armado desde atrás, con centrales millonarios, sólo le faltaba la guinda en el pastel, el aniquilador noruego Haaland. Un delantero con licencia para matar.

Ha ido aprendiendo de errores anteriores y de temporadas anteriores para ir acercándose al Santo Grial, a su gran desafío . Otros clubes también lo intentaron a base de talonario y no lo consiguieron o tardaron muchas temporadas . Está claro que no es tan fácil.

El PSG, el Chelsea, el United y tantos otros, llevan años y años intentándolo.

Tras el batacazo de la temporada pasada con la remontada in extremis del Madrid en el estadio de Chamartin, el destino le volvió a cruzar con los blancos en una apasionante semifinal. Una revancha a 180 minutos en las que la competitividad de los blancos y su gen Champions suponían una prueba de fuego.

Ya en la ida se demostró que el Madrid es un equipo Champions por naturaleza y a pesar del potencial de los ingleses, no solo plantó cara sino que durante mucho tiempo gobernó el partido el once de Ancelotti y generó muchos problemas a los de Manchester.

A Guardiola se le criticó la ausencia de cambios, que no probara con los Foden , Mahrez o Julian Alvarez, lujos que tenia en el banquillo, pero parece que el de Santpedor sabía bien lo que tenía entre manos y que cualquier retoque le podría haber salido caro.

Lo tenía todo estudiado, como gran estratega. Y llevó la eliminatoria a su terreno. Aprendió de errores y buscó sus ventajas. Y ayer, en la vuelta, en la segunda oportunidad, no le dio la más mínima opción al todopoderoso Real Madrid europeo. Minimizó a los blancos y gobernó el partido con tanta autoridad que los de Ancelotti pudieron caer con un marcador más estrepitoso de no ser por la falta de puntería de Haaland o el acierto bajo palos del gigante Courtois. El 4-0 final es una opera prima europea para Guardiola. Un paso más en su gran reto.

Al fin rompió el maleficio del Real Madrid y lo hizo brillantemente. Un entrenador que aprendió de lo ocurrido la temporada pasada en aquellos dramáticos minutos finales.

Es su año. Es su Champions. Es el gran desafío de Pep.