Opinión

El final más cruel a un año histórico

Berger paró el penalti de Alexia en el último minuto del añadido

Berger paró el penalti de Alexia en el último minuto del añadido / AP

La derrota duele. Aunque siempre hay más que pierden que no que ganan. Duele, mucho. Y más cuando venías de conseguirlo todo y después de haber peleado tanto para hacerlo, dentro y fuera del campo. España se fue a Francia con un sueño y volverá con lágrimas y sin medalla. Y el final no pudo ser más cruel para una generación histórica.

Como dice una gran amiga mía, Carla, "duele por todos los triunfos que llevamos en la mochila en los últimos años; pero así es el deporte y así son los Juegos, te preparas durante cuatro años para ello y a veces sale y otras, no". En estos tres años entre Tokio y París, sin embargo, España ha pasado de ni disputar los Juegos ni pasar de ronda en una fase final de un gran torneo, a ganar el Mundial, la Nations League y ser olímpica por primera vez, jugando a un fútbol precioso y reconocible, la envidia de todas las selecciones y el rival a batir.

Sin embargo, en Francia no hemos visto esta España. Una versión -por muchos factores- muy distante a la que estábamos acostumbrados. Un estado físico al límite -por un calendario que olvida el bienestar de las jugadoras-, un fútbol insuficiente, una pésima gestión de los planteamientos y las cargas desde el banquillo y un carrusel de errores individuales que se pagaron caros.

España era favorita por su condición de número uno y algo que las había hecho campeonas era la mentalidad. Una mentalidad ganadora que permitió remontar a Japón y a Colombia o ganar a Nigeria y Brasil en la fase de grupos. Hasta que dijo 'basta'. Entre la derrota contra la 'canarinha' en las semifinales y el partido por el bronce, la Roja mejoró. De hecho mereció llevarse la medalla y la tuvo para forzar la prórroga en el último segundo del añadido.

La arenga de Alexia antes del partido por el bronce

La arenga de Alexia antes del partido por el bronce / RFEF

Penalti para España. Estaba lista para chutar Mariona, pero lo hizo finalmente Alexia. Incluso pareció que le había quitado el balón, pero dijo la capitana tras el partido, hundida, que "lo hemos hecho para distraer a la portera, aunque no ha servido de nada" (TVE). Explica, también, que los había metido todos en el entrenamiento del día anterior. Que le chutó por donde le marcó en la final de la Champions de 2021, la primera del Barça. Pero paró, esta vez, Berger, imperial durante todo el torneo. Y que lo siente. Muchísimo.

El final a un año histórico de una generación de oro no pudo ser más cruel e injusto, porque además, Alexia había sido de las mejores. Pero así es el fútbol, así es la vida. "A veces hace falta que te den una hostia para levantarte más fuerte", dice Aitana (COPE). Ahora toca parar, hacer autocrítica, reflexionar... incluso tomar decisiones. Y levantarse para lo que viene, la Eurocopa. Porque esto es un punto y aparte, no un punto final