Eric Garcia, un retorno sin opción a veto

Eric Garcia recibió grandes elogios por parte de Guardiola

Eric Garcia recibió grandes elogios por parte de Guardiola / EFE

L. Miguelsanz

L. Miguelsanz

UNA OPORTUNIDAD DE MERCADO La fuga de canteranos del Barça está a la orden del día. Cada verano, llegan multitud de ofertas por los cracks de La Masia y el club blaugrana se ve incapaz de retenerles a todos. Es una lucha perdida porque se debería invertir tal cantidad de dinero que no tiene sentido. El Barça asume que no puede competir con los sueldazos que pagan a los chicos jóvenes desde Inglaterra. Son apuestas arriesgadas y fugas que sientan mal por la formación gastada en unos chavales que, o bien sienten que nunca tendrán oportunidades aquí o prefieren vivir a corto plazo priorizando el sueldo al deporte. En el Barça todas las fugas sientan mal y el club intenta poner en práctica la idea de que quien sale nunca podrá volver. Como concepto es toda una declaración de intenciones y un aviso a jugadores y agentes, que deben meditar mucho la marcha, pero en la práctica siempre debe haber excepciones.

Gerard Piqué fue una de ellas en su día y ya nadie duda que valió la pena repescarle. Eric Garcia es otro de esos casos que tiene pinta de salir bien. Por aptitudes y porque se trata de una grandísima oportunidad de mercado que el Barça no puede desaprovechar. El área deportiva, muchas veces vilipendiada, vio claro que debía echar el resto para repatriar a Eric Garcia. Le quedaba un año de contrato en el City, ha crecido de forma excepcional y, lo más importante, el futbolista tiene unas ganas enormes de regresar al Barça para triunfar en el equipo que siempre ha llevado en las venas. Llevan tiempo hablando y todo está bien encauzado aunque todavía no hay nada cerrado. Si llegase libre dentro de un año sería una ganga, pero si lo hiciese ahora por una compensación económica mínima, sería una grandísima operación. Otra cosa es pagar millonadas por jugadores que se fueron de jóvenes y triunfaron. Ahí, quizás, las puertas deberían cerrarse para siempre.