Encajar a Jordi Cruyff en su vuelta a casa

Jordi Cruyff

Jordi Cruyff

Albert Masnou

Albert Masnou

 Encajar las piezas del puzle es ahora la parte más complicada del juego en el que se adentra el Barça. Dudar de un entrenador de turno forma parte del día a día del fútbol pero Laporta, inocente él, no se acordaba de que los focos siempre miran al Barça y a su presidente. Usted y yo podemos dudar, pero a él no se le permite. Y es normal poner en tela de juicio a un entrenador y a unos jugadores que han tirado la Liga, incapaces de aguantarle el pulso a la competición. Así pues, Laporta también dudó y se cabreó. Normal. Como usted y yo.

Cargárselo hubiera sido lo fácil, pero decidió darle continuidad porque el técnico en su haber también acumuló aciertos. Y había que valorarlos. Y hay que reconocerlo: no es fácil cargarse al mito de Wembley. Con su continuidad, la gran incógnita ha sido desvelada, con lo que el panorama se despeja. Ahora ya solo toca fichar, vender y preparar la próxima temporada en la que a partir del 1 de agosto aparecerá Jordi Cruyff, que vuelve a casa tras dar muchas vueltas por el mundo. Se fue cuando era un crío, casi con su padre, y ahora Laporta ha querido recuperarlo para tenerlo a su lado. Como tenía a Johan.

Jordi nunca ha sido perro faldero ni abre puertas con su apellido, pero su labor hay que llenarla de sentido. Y encajar las piezas en la secretaría técnica es una de las misiones complejas, pues Mateu Alemany y Ramon Planes forman un buen tándem y, sin duda, Jordi deberá hacer de puente con Koeman, a quien Laporta dejó entrever que podría estar allí en el caso de que las cosas no vayan bien deportivamente. ¡Tela! Como diría el maestro de maestros que ayer nos dejó.