Empecemos por los principios

Juan Carlos Unzué ha decidido volcarse en la lucha contra la ELA, la terrible enfermedad que padece, y ahora es nuestro entrenador en la Vida

Juan Carlos Unzue

Juan Carlos Unzue

Robert Moreno

Robert Moreno

Cuando Lluis Mascaró me propuso colaborar con este diario, acordamos que sería para hablar solo de fútbol. De mis pensamientos y mis análisis sobre qué sucede en el lado más cercano de este deporte. Con el comienzo de una nueva edición de la mayor competición de clubes del mundo, la UEFA Champions League, considero que es el momento idóneo para arrancar esta nueva andadura, en la cual no solo hablaremos del fútbol de nuestro entorno sino que alargaremos las fronteras por las diferentes ligas extranjeras de mayor renombre

A pesar de todo ello, creo que la mejor forma de empezar mi colaboración es salirme un poco del guion establecido, y dedicar unas líneas a alguien que en los últimos dos años ha decidido volcarse en algo más que en sí mismo: hablo de Juan Carlos Unzué

Hoy se cumplen 2 semanas de un partido histórico que él se empeñó en organizar para conseguir fondos para los enfermos de ELA. Tuvo un éxito sin comparación, la gente se volcó para disfrutar de una gran noche de fútbol y apoyar una causa admirable. 

He tenido la suerte de trabajar a su lado en diferentes etapas y con diferentes roles: primero compartiendo cargo como asistentes en el RC Celta de Vigo y en el FC Barcelona (2013-17), y después siendo su asistente en la temporada 2017-18, de nuevo en el club vigués. Me atrevo a decir que le he conocido en uno de los entornos más estresantes que yo he podido experimentar durante mi vida, el fútbol del más alto nivel. Un espacio donde la competencia, las envidias, los problemas y el estrés están presentes de forma habitual en grandes dosis. 

Un entorno sometido a la opinión pública y a mucha atención mediática. Pues bien, déjenme decirles que puedo afirmar, sin miedo a equivocarme, que Juan Carlos es uno de los ejemplos a seguir que yo he conocido en esta profesión

Creo firmemente que nadie es perfecto, todos cometemos errores cuando hablamos de nuestros principios y valores. Pienso firmemente que las personas tenemos la necesidad de sentir que somos y actuamos de forma correcta en nuestra vida diaria por una cuestión de supervivencia con nosotros mismos. Sería insoportable e inasumible vivir si no fuese así. No hay peor crítico que uno mismo. Así es como yo lo veo. 

Bajo mi punto de vista, solo podemos decir que en determinadas situaciones, y siempre desde nuestra propia percepción, hemos tratado de actuar de forma correcta, honesta, honrada... Pero, (siempre hay un pero que cuestiona en parte lo anteriormente dicho) si tuviese un ranking de personas que me han hecho sentir lo que es ser congruente con unos valores y principios absolutamente ejemplares, Juan Carlos sería el número 1. Él es de los pocos que se podría autocalificar con esos adjetivos y yo no podría rebatirlo. Pero no lo hará, no es así, no es de hablar de sí mismo. 

En mi experiencia con él, hemos discutido, hemos disfrutado, nos hemos enfadado, hemos ganado y perdido, le he visto enfadarse con otros y hemos vivido situaciones dolorosas profesionales y también personales. Pero siempre, siempre, ha sabido afrontar la situación con enorme entereza personal y gran profesionalidad. Por eso me atrevo a decir que si hay alguien que estaría muy cerca de calificarse de forma general, y no solo puntual en algunas situaciones, con algunos de los principios y valores que envuelven al deporte de alto nivel y a la vida, ese es Juan Carlos Unzué. 

Un navarro tozudo y persistente que conmigo ha sido un compañero y jefe honesto, honrado, amable y cariñoso. Es algo que muchos están ahora conociendo con su objetivo personal actual: darle visibilidad y conseguir medios para la investigación de la ELA, así como conseguir recursos para los pacientes de esta enfermedad. Algo que, como ya he dicho, trasciende a sí mismo para buscar un bien superior que redunde en la sociedad. 

Ahora es nuestro entrenador en la Vida, esa competición en la que el resultado no importa tanto (todos acabaremos igual tarde o temprano) como el desarrollo de la misma. En 2019 tuve el honor de ser galardonado con el premio Valores del deporte. Para la próxima edición yo ya tengo a mi candidato. Mucha fuerza Juan Carlos, mucha fuerza amigo. Este partido ya lo has ganado.