Opinión

¡Que no embauquen a Xavi Hernández!

Xavi, durante el entrenamiento de hoy

Xavi, durante el entrenamiento de hoy / JAVI FERRÁNDIZ

La primera respuesta de Xavi en la rueda de prensa fue más dura que cualquier opinión de ese llamado entorno que tanto afecta a los futbolistas según su entrenador. Dijo que los primeros minutos fueron inaceptables, que regalan muchas cosas, que no puede ser y que sus jugadores están inseguros. Luego argumentó que el equipo está mal fruto del nerviosismo que genera ese citado entorno.

Quizá la prensa ha estado crítica estos últimos días, pero ayer, uno, que presenció el partido desde la grada del Estadi Lluís Companys, pudo escuchar y detectar que el socio del Barça está bastante más cabreado de lo que reflejamos los medios de comunicación. No hace falta reproducir lo que oí entre los aficionados que tenía a mi alrededor, pero les aseguro que no fue nada bueno.

Me cuesta entender los pretextos a los que se abona el entrenador del Barça. Quizá alguien le ha trasladado este mensaje porque Xavi no es un tipo que busque excusas. Ni ahora como técnico, ni antes cuando ejercía de futbolista. Ayer mismo recordó que en su etapa como jugador le calificaron como ‘El cáncer del Barça’. Sin duda, una afirmación nefasta por las formas y por lo que luego demostró en el terreno de juego, pero que se podía haber ahorrado. Xavi tiene que seguir siendo como es. O sea, natural, sincero y afrontando la realidad sin dejarse embaucar.

Preocupante indiferencia

Claro que hay presión y claro que son muy jóvenes, pero esto es el Barça. A Xavi y a los futbolistas les vendrá bien el parón de selecciones. De todas maneras, durante estos días de desconexión, el entorno seguirá siendo el mismo. Ni cambiará el externo, ni el interno, que también existe. Sin embargo, lo que si hay que cambiar radicalmente es el juego del equipo. Y eso depende única y exclusivamente de Xavi. Así que mejor centrase en lo que está en sus manos que agarrase a un discurso que no le lleva a ninguna parte.

Al acabar el partido con el que se llega al parón por selecciones no hubo ni aplausos ni pitos. Solo una preocupante indiferencia. El socio está preocupado. Suerte que no hizo mucho frío.