El ejemplar ejercicio de transparencia de Laporta

Laporta realizó un brutal ejercicio de transparencia para explicar la ‘invasión’ alemana del Camp Nou. El presidente del Barça denunció una “reventa generalizada” por parte de socios y abonados (alrededor de 14.000 localidades) y la “mala praxis” de grupos organizados y agentes no oficiales que facilitaron entradas a los seguidores del Eintracht. El escándalo de ver tu propio estadio convertido en territorio enemigo no fue culpa del club, como una parte importante del entorno anti-laportista quiso hace creer, sino de todos aquellos que aprovecharon el partido de Europa League para hacer negocio. Aún así, el club debe actuar de forma contundente con aquellos socios que han ‘traicionado’ al Barça y, al mismo tiempo, buscar fórmulas para acabar con la mafia de la reventa. Si Laporta ya fue capaz de expulsar a los violentos del Camp Nou, ahora también debe ser capaz de dinamitar a estos grupos organizados que se lucran ilegalmente con los tickets. 

El presidente fue claro: “Nosotros no hemos vendido entradas a los alemanes, más allá de las 5.000 que nos obliga la UEFA”. Sin embargo, no eludió su responsabilidad y anunció medidas para que no se repitan situaciones similares en el futuro. La primera de ellas es implantar los tickets nominativos digitales (que ya serán una realidad en el partido de la Champions femenina contra el Wolfsburgo del próximo viernes) para conseguir la trazabilidad de los mismos. Y la segunda, y no menos importante, la creación de un grupo de trabajo que analice y fomente la asistencia de los socios al Camp Nou: no puede ser que una bolsa de entre 15.000 y 20.000 abonados ni vayan al estadio ni liberen su asiento.

Nadie le puede negar a Laporta su capacidad de actuar rápidamente ante las crisis. Y, sobre todo, su voluntad de explicarse. Ayer estuvo una hora y media respondiendo a todas las preguntas de los medios de comunicación. No conozco ningún otro presidente de un gran club europeo capaz de hacer semejante ejercicio de transparencia, ofreciendo absolutamente todos los datos. Por no hablar de Florentino Pérez, que lleva años sin realizar una rueda de prensa. Laporta no le tiene miedo a los periodistas ni se esconde en el palco. Al contrario. Siempre ha demostrado su capacidad comunicativa en estas comparecencias. Gustará más o menos. Convencerá más o menos. Pero jamás rehúye lo que considera un principio básico democrático: ser claro ante sus votantes.