El drama del Barça y el recado de Busquets

Piqué y Busquets con la nueva camiseta del Barça

Piqué y Busquets con la nueva camiseta del Barça / FC BARCELONA

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El Barça es un muerto que hay que resucitar. Y se necesitan 500 millones para salvarlo. Una situación dramática consecuencia de la herencia de Bartomeu. Lo peor de la gestión de la anterior junta directiva no fue todas las cosas que hizo mal, sino las cosas que no hizo. Como poner en marcha un Espai Barça que tardará tres años más de lo previsto en generar nuevos ingresos. A pesar del complejo escenario, Laporta y su vicepresidente económico, Eduard Romeu, están empeñados en salvar el club y, además, construir un equipo campeón. Todo ello sin convertir el Barça en una sociedad anónima deportiva. Existen mecanismos para preservar el actual modelo de propiedad del club. Pero hay que activarlos.

Como las famosas ‘palancas’ que deben permitir avanzar hacia una gestión sostenible con unos ingresos regulares anuales de 800 millones de euros. Eso sí, primero hay que reducir la masa salarial: ahora está en 560 millones (venimos de más de 800 millones) y hay que dejarla en 400. Es decir, una rebaja de 160 millones que solo se consigue prescindiendo de futbolistas y renegociando los salarios de los que se queden. La mochila de los contratos desorbitados y casi obscenos pesa demasiado. Y hay que actuar para aligerar como sea esa carga. Tomando incluso medidas drásticas como los despidos. Porque tan importante como tener dinero para fichar es conseguir ‘fair play’ para inscribir a los nuevos jugadores. 

Resulta, como mínimo, paradójico que mientras la junta esté buscando soluciones para salir de la crisis, el capitán del Barça utilice el altavoz de la selección española para criticar las alternativas que está barajando la directiva. Busquets aprovechó la rueda de prensa previa al partido de España contra Suiza para enviar un recado envenenado sobre las posibles rebajas salariales: “Me gustaría que me lo dijeran a mí, no enterarme de otra forma. No es la mejor decisión hacerlo a través de la prensa”. Eso sí, luego añadió que él nunca será un problema para el club: “Siempre estoy dispuesto a ayudar”.

Dudo mucho que las ‘vacas sagradas’ acepten de buen grado un recorte de su nómina. De hecho, en el pasado si dieron el visto bueno a un diferimiento que ha acabado siendo más un problema que una solución, porque existe en estos momentos una deuda pendiente con los veteranos de casi 150 millones a cobrar en los dos próximos años. Ayudar de verdad al club sería perdonar esa deuda. Pero eso, me temo, no lo van a hacer...