¿Qué dirían si Lamine se escapa?

Estableciendo un juicio frío sobre el debut de Lamine Yamal, sin considerar ni el contexto ni la edad del chaval, no tengo dudas: estamos ante un futbolista distinto. En 10 minutos, combinó con determinación, intentó un desequilibrio, intuyó el error para postrarse ante el gol y metió dos pases a la espalda de la defensa. Uno de ellos, la picadita a Dembelé, resultó un prodigio de visión, técnica y timing para habilitar al francés. Su clase huye de lo convencional y, aunque el caso pide prudencia, Xavi Hernández piensa mantenerle en el escaparate.

El técnico entiende que su talento es sobrenatural y tiene absolutamente clara la hoja de ruta: aprovechar el inminente alirón para darle minutos sin exceso de responsabilidad y reservarle un billete para la gira americana. Nadie puede predecir el futuro, pero a día de hoy Hernández tiene la sensación que Lamine tendrá un hueco en el róster de la plantilla para el curso que viene. Xavi afirmó ayer tener la situación bajo control. Le creo. Hay que confiar en las manos de quien ha vivido en sus carnes todos los procesos de formación.

Lamine procede de un entorno desestructurado por la separación de sus padres, con un agente - Jorge Mendes - que le ha birlado el producto a De la Peña por una millonada y un montón de clubes detrás con el talonario a punto. No es fácil. Ni para el chico, pese a vivir aislado en la Masia, ni para el club, que viene de perder a Illias - al Leeds - y a Víctor Barberá, al Brujas por un millón al año. Si el Barça ha decidido que el bueno es Lamine, debemos aprobar que el club emita gestos que le permitan luchar por retener al futbolista. El debate sobre la idoneidad del debut puede hacerse, pero sabiendo que quienes lo cuestionan ahora son los mismos que luego señalarán al club por dejarle escapar si acaba triunfando con otro escudo. Es una película que ya hemos visto. Muchas veces. Demasiadas.