La dimensión del fichaje de Gündogan

Gündogan ya es jugador del Barça

Gündogan ya es jugador del Barça / INSTAGRAM

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

El fichaje de Gündogan por el Barça es una de estas operaciones que tienen garantía de éxito. En primer lugar, porque no ha tenido un coste económico y el riesgo, en este sentido, es casi nulo, supeditado únicamente a un salario que, efectivamente, es alto, pero acorde con su prestigio y su rendimiento actual, pues acaba de proclamarse campeón de Europa y de la Premier League siendo capitán y jugador destacado del Manchester City.

Tiene 32 años pero este año ha registrado sus mejores estadísticas en el equipo inglés, con once goles y siete asistencias. Para hacernos una idea de la dimensión de su figura, el City ha tenido que invertir 30 millones en su sustituto, Kovacic, que en el Chelsea ha anotado esta temporada dos goles y dos asistencias. Estamos hablando de un futbolista de una enorme capacidad y peso específico en sus equipos. Calidad, creador de juego, último pase y mucho gol para ser un centrocampista. El juego del Barça subirá muchos enteros con él en el campo.

FÚTBOL Y COMPROMISO

Hay otros valores a tener en cuenta. Los tangibles, los que vienen avalados en su curriculum, y los intangibles, aquellos que no se ven pero están. Entre los meramente futbolísticos, la conexión que se intuye que tendrá con Lewandowski, al que en su primera temporada en el Barça le ha faltado que le llegaran más balones de gol. Gündogan debería suplir esta carencia, ya que su visión de juego y capacidad como asistente están demostradas.

No es tan difícil que pueda darle cinco goles al polaco y marcar ocho o diez él mismo. Serían trece goles más. Y muchos puntos. Y, tal vez, algunas eliminatorias europeas. Y ya fuera del terreno de juego, creo que su actitud por vestir de azulgrana promete grandes emociones. Pudo quedarse en el que ahora mismo es el mejor equipo del mundo pero escogió un reto más difícil y peor pagado como es el Barcelona. Pudo jubilarse en Arabia a precio de oro, pero prefirió seguir compitiendo al máximo nivel. Su compromiso con la causa barcelonista, a pesar de que ésta no cotiza ahora al alza, es innegable. Un fichajazo.

La clave: su calidad y el interés que ha demostrado por vestir de azulgrana son garantía de éxito