Días trascendentales para Ansu Fati

Ansu, en el banquillo de Old Trafford

Ansu, en el banquillo de Old Trafford / VALENTÍ ENRICH

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

El fútbol tiene estas cosas. Y el destino de las estrellas, también. Cuando más ruido hay alrededor de Ansu Fati, sobre si vale o no vale, si hay que traspasarlo, y cuando más ruido hay en torno al equipo, tras la eliminación europea y una derrota que hizo mucho daño en Almería, va Lewandowski y se lesiona.

Y sin Lewandowski, todos miramos a Ansu, que, para más colmo, sale de una pequeña lesión. Pero el fútbol no para, hoy hay semifinal de Copa ante el Madrid en el Bernabéu, ni más ni menos. Máxima presión para el equipo, para Xavi y para Ansu. El entrenador se ha quedado sin delanteros, lesionado también Dembélé, y no hay más cera que arda que Raphinha, Ferran Torres y Ansu Fati.

Es muy posible que solo salgan dos delanteros, no hace falta recordar el Clásico de la primera vuelta de la Liga, hasta hace cuatro días la única derrota del equipo, donde se jugó con tres atacantes, pero sí la final de la Supercopa, donde se pasó por encima de los blancos con cuatro centrocampistas y, por ende, dos delanteros. Pero, claro, Ferran y Raphinha no son muy fiables ante el gol. O sea, que Fati.

A lo grande

La cuestión es que Lewandowski se perderá la Copa de mañana y la Liga ante el Valencia en casa y el Athletic en San Mamés. Partidos cruciales para el futuro del Barça. El Valencia vendrá con la misma necesidad de puntos que el Almería y jugará con la misma intensidad que lo hizo el equipo de Rubi.

Y Bilbao siempre ha sido una plaza dura de verdad. Y no les digo nada si Lewandowski no se recupera a tiempo para recibir al Madrid por San José. Todo esto lo tendrá que lidiar Ansu Fati. Serán días trascendentales para él, ahí se jugará su futuro, ser intransferible o alimentar las dudas y aumentar las posibilidades de salida.

Como les he dicho, el destino tiene estas cosas. Un servidor cree en el destino y el escenario que se le presenta a Fati es el mejor para reivindicarse por todo lo alto, sobreponerse a la presión y marcar goles cuando más le necesita el equipo. Todas las estrellas tienen su momento y este es el momento de Ansu. A lo grande, porque él puede ser una estrella.