Cuando las derrotas salen gratis

Sergio Busquets, durante el clásico contra el Real Madrid

Sergio Busquets, durante el clásico contra el Real Madrid / Javi Ferrándiz

Gerard López

Gerard López

Gerard Piqué afirma que ‘esto es lo que hay’, el entrenador también defiende esta teoría y desde el club lo expanden hasta la extenuación entre la masa social. Resultado: Pierdes contra el Madrid en casa y no estás ni cabreado. El barcelonismo ha entrado en una especie de resignación, está instalado en el pesimismo, en un derrotismo que nada tiene que ver con los que nos prometieron en la campaña electoral. Laporta dijo que venía para renovar a Messi, con quien iba a llegar a un acuerdo con un asado e instalar una mentalidad ganadora, en la que “perder tenga consecuencias”.

Y nos encontramos, medio año después, que ni está Messi y el perder se ha convertido en más normal de lo que era. En algo habitual. Esta temporada has caído contra el Madrid, Atlético, Benfica y Bayern, y de los 12 partidos jugados solo has ganado cinco. Un balance desolador que ejemplifica dónde está el club en estos momentos, en una caída libre sin que nadie se rebele contra la nefasta planificación deportiva llevada a cabo. Quiero ser bien pensado y espero que todo sea porque la prioridad del presidente era llegar a la Asamblea de compromisarios y superarla con nota para tener un margen de tiempo para trabajar.

Pero en el tema deportivo no se ha hecho nada. No se cumplió la promesa de la continuidad de Leo y las derrotas salen gratis. Y el precio es muy alto.

El club está instalado en la resignación y no hay autocrítica. Los jóvenes están para lo que están: Gavi, Ansu o Nico deben aportar ilusión pero los que deben resolver las papeletas es la primera línea, esa que está compuesta por los pesos pesados. De todos ellos, solo Piqué, Alba y Busquets están a un buen nivel. No es así el caso de Frenkie de Jong o de Memphis. Y hay una serie de jugadores que están en las alineaciones sin merecerlo.

Tengo la sensación de que todos los equipos tienen una hoja de ruta pero que en el Barça seguimos en las guerras extrañas. Unos quieren jugar al 4-3-3 y obligan al entrenador a ello sin que lo haga con el convencimiento pues está obligado a colocar en el extremo a un lateral (Dest) que, además, está muy verde. Este club tradicionalmente ha tenido jugadores excelsos a nivel ofensivo y ahora hay un lateral que justea incluso en su posición.

Incluso el propio Koeman me da la sensación de que ha dimitido de sus creencias: “Haré lo que quieren y que dure lo que pueda”, parece que esté diciendo. Llevamos semanas intentando dar un margen de confianza pero nadie ve el final del túnel.