Opinión

Dembélé, la historia de una traición

El francés ha seguido una estrategia pactada con el PSG

Hay indignación en el Barça por su comportamiento

Ousmane Dembélé junto a Ansu Fati en la previa del Milan-Barça en Las Vegas

Ousmane Dembélé junto a Ansu Fati en la previa del Milan-Barça en Las Vegas / VALENTÍ ENRICH

El presidente, Joan Laporta, ya explicó hace unas semanas que negociar con el entorno de Dembélé era muy complicado. Lo decía hablando de su posible renovación sin pensar que el francés iba a salir por la puerta de atrás en un momento muy delicado. Al Barça, la fuga de Ousmane le ha pillado prácticamente por sorpresa y hay un cabreo importante por cómo se han desarrollado todos los acontecimientos ya que existe la sensación de que se ha interpretado una comedia cuando todo llevaba decidido desde hacía días.

Dembélé le había comentado a Xavi ya en Estados Unidos que estaba ilusionado con ganar la Champions y el técnico le premió con la titularidad en el clásico de Dallas dejando claro que iba a ser pieza indiscutible en su proyecto. Y al acabar el partido, el jugador acabó soltando la bomba: pedía marcharse a París. Suena a estrategia premeditada.

El tiempo dará y quitará razones, pero ese cambio de actitud solo puede deberse a un ofertón económico del PSG con unos tiempos muy meditados con el entorno del jugador. Dembélé mostró las cartas con tiempo suficiente para poder pagar su cláusula de rescisión de 50 millones de euros y dejando un nulo margen de maniobra al Barça para poder realizar una contraoferta. Una vez más, el PSG y todo su dinero se la estaban jugando al Barça. Como mínimo, con Neymar se sacó el traspaso más caro de la historia en el mundo del fútbol, pero con Dembélé al Barça solo le ha quedado tiempo para negociar migajas porque está entre la espada y la pared.

Dembélé se va y solo queda por saber cuánto dinero más podrá cobrar el Barça de los 25 millones de euros que le tocaban de la cláusula de salida. Una auténtica miseria tal y como está el mercado y una afrenta por el dinero que invirtió el club en este futbolista y la paciencia que han tenido con sus lesiones. Es comprensible la indignación que existe al sentirse traicionados, pero Dembélé se va a un proyecto que amenaza ruina cuando en Barcelona se está construyendo algo bonito para el futuro. Todo, absolutamente todo, es cuestión de dinero. En París más que doblará su ficha y encima se embolsará más de 20 ‘kilos’ por irse. Por irse mal.