El efecto Dembélé y el defecto goleador

Dembélé contra el Huesca

Dembélé se mantuvo en el once inicial en Huesca / Valentí Enrich

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Si miras el resultado, un 0-1 ante el colista es poca cosa. Si miras el juego, ya es otra cosa. El Barça jugó para ganar con mayor contundencia, pero se encontró con los problemas contra los que una y otra vez se viene estrellando esta temporada: la falta de un rematador nato que enchufe casi todo lo que toca -¿se acuerdan de Suárez?-, la falta de velocidad en la creación para romper las supercerradas defensas contrarias, y, también, la falta de fortuna en acciones puntuales. No es por nada, pero todos los porteros contrarios salen del partido contra el Barça como internacionales absolutos. Pero, bueno, eso también es fútbol y hay que buscar fórmulas para que el marcador refleje la superioridad en el juego. En este sentido, ante el Huesca, y muy especialmente en la primera parte el equipo evidenció ciertas mejoras respecto a partidos anteriores. Diría que las reformas de Koeman empiezan a dejar el equipo mejor amueblado.  

REFUERZOS. La baja de Griezmann y el alta de Dembélé cambió el ritmo, la velocidad y la intensidad en el frente del ataque. Por un lado abrió el campo y espacios y, por otro, descongestionó la zona Messi. Dicho de otro modo, el equipo estuvo mejor dispuesto sobre el campo y ello se notó en el dominio de todas las zonas. Ante un rival cerrado, siempre será más determinante la chispa de Dembélé que la previsibilidad de Griezmann y, en consecuencia, no es de extrañar que Ousmane fuera el delantero más peligroso, tanto con sus internadas por la izquierda, donde formó una buena sociedad con Alba, como por su verticalidad en contragolpes en los que hacía saltar por los aires toda estrategia defensiva del rival. El efecto Dembélé fue la nota más positiva de un esquema en el que sigue creciendo Pedri y progresando De Jong. Y en el que Messi, a falta de gol, es clave como asistente. Volviendo al principio, cierto es que el resultado no es para tirar cohetes, pero es que tenemos que aceptar que el Barça está en un impasse del que le está costando mucho salir y del que tal vez no salga hasta que refuerce convenientemente el equipo y las posiciones que le lastran, la de un auténtico rematador la primera.