Opinión

La Davis de Piqué, el papel lo aguanta todo

Archivo - Gerard Piqué

Gerard Piqué, fundador de la empresa Kosmos

¿Qué paso con la Davis de Piqué? Vamos a analizarlo brevemente. Primero, política. Es muy difícil intentar revolucionar un deporte si tienes en contra a su hegemónico controlador: la ATP. La Davis fue un pulso de Gerard a la ATP difícil de ganar y en el que la gestión política del proceso no fue la más adecuada.

Segundo, calendario. Quien controla la temporada es la ATP (organiza el circuito), no por la ITF (organiza la Davis); recuerden el punto uno. La final de la Davis estaba situada al acabar la temporada y solo afectaba a dos equipos que se jugaban la final tras las Masters Finals. El resto de jugadores estaban de vacaciones, con el cambio muchos se perdían tres semanas de unas cortas vacaciones.

Tercero, fans. El tenis de selecciones no tiene la capacidad de movilizar fans como lo hacen los deportes de equipo. Era muy difícil cambiar un comportamiento que no existía: que los fans del tenis viajaran a un pais para ver una fase final de un “campeonato mundial”. En las anteriores finales de la Davis el equipo visitante nunca movilizaba más allá de medio millar de personas.

Cuatro, patrocinadores. La Davis tenía unos patrocinadores muy estables que implosionaron tan pronto Kosmos asumió su gestión. Vender de cero la gran mayoría de derechos de patrocinio, sin histórico del nuevo formato de competición, generó una gran dificultad para poder comercializar el activo, y por tanto, un gran agujero económico en el presupuesto. Entraron patrocinadores, como Rakuten, por razones más allá del interés y creencia en su patrocinio.

Cinco, la sede. Celebrar más de una edición en una sede de una competición de selecciones mundiales tampoco es nada habitual, genera una sensación extraña. Se pasó de dos ediciones en Madrid, a las dos siguientes en Málaga… Es decir, cuatro años en el mismo pais; eso le restaba credibilidad y atractivo al formato de competición.

Seis, ingresos. Si los ingresos no se cumplen a nivel de patrocinadores, ni venta de entradas es prácticamente imposible conseguir hacer frente a los tres mil millones de dólares en 25 temporadas por la que se compró los derechos.

Resultado, el papel lo aguanta todo. La idea de copiar y pegar el Mundial de Fútbol en el deporte de la raqueta solo aguantó el powerpoint y el excel. “La Davis es el proyecto de mi vida” dijo Piqué el 6 de septiembre de 2019 en Nueva York.

Su mejor victoria fue convencer a dos tercios de las federaciones mundiales para darle su confianza en el proyecto una año antes. Su juguete se rompió en pedazos cuatro años más tarde, con el Covid de por medio, es verdad.