El dato que mata el relato sobre Ilkay Gündogan

DEPORTIVO ALAVÉS . FC BARCELONA

DEPORTIVO ALAVÉS . FC BARCELONA

David Bernabeu

David Bernabeu

El fútbol es un deporte colectivo. Eso, que es una pura obviedad, debemos recordarlo. Más a menudo de lo que convendría. En momentos de crisis, tendemos a señalar a los futbolistas de mayor trayectoria o calidad. Les pedimos que marquen la diferencia. Si no lo hacen, les exponemos públicamente y les sometemos a la crítica. Lógico, por la exigencia en la que se mueven.

Pero, a veces, la mirada debe ser más larga. Menos simplista. No a todos los grandes jugadores, en el arranque de una nueva etapa, les basta con su nivel individual para destacar a la altura de lo que consiguieron en otros clubes. Ni pueden alcanzar el listón que se les reclama si no se les acompaña como corresponde. Exactamente eso es lo que le ha ocurrido a Ilkay Gündogan, un enorme futbolista de contexto, que precisa del grupo para explotar sus virtudes.

Es curioso, el interior alemán dobla los dígitos de goles y asistencias que presentaba en el City campeón de Europa a estas mismas alturas del curso. Firma ya 5 dianas y 9 pases de gol. Un dato tremendo, sorprendente para muchos, que si no fuera porque el Barça ha andado metido en esa espiral de malos resultados y sensaciones durante tantos meses, sería sinónimo de temporadón. Tiene mucho mérito.

Porque Gündo, víctima directa del agujero en el mediocentro, bajó a la base y se alejó del área, donde su claridad en el último pase y su llegada al gol le convierten en un martillo para el rival. Aún así, desaliñado y fuera de zona, mantuvo el tipo con números de centrocampista grande, hasta que se desmelenó en Vitoria. Cerca del área, como en el City, sin Rodri pero con Christensen. Con guardaespaldas. El contexto del juego, ese gran desconocido.