Cuatro meses al lado de Xavi

Xavi Hernández atiende a los periodistas en rueda de prensa | SPORT

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Joan Vehils

Joan Vehils

Tras este absurdo y largo parón liguero ha llegado la hora de la verdad. El Barça tiene cuatro meses o, lo que es lo mismo, 15 jornadas para clasificarse entre los cuatro primeros de la Liga española. No hay más. No hay otro objetivo prioritario.

Conquistar la Europa League sería la otra solución, pero visto el recorrido del equipo durante esta temporada mejor asegurar un cuarto puesto en la Liga que jugárselo todo a una carta en caso de llegar a la final.

Ahora sí que la plantilla es la que hay, el entrenador es el que hay y el presidente es el que hay y no hay margen de maniobra. En menos de seis meses se ha cambiado al entrenador y se ha reforzado la plantilla con tres delanteros.

Todo el mundo quería a Xavi y aquí está Xavi. Xavi quería delanteros y tiene tres delanteros más. Así que hay que no hay excusas alguna para competir por obtener un objetivo de mínimos. A partir de aquí hay que estar al lado de Xavi hasta que acabe la temporada. No queda otra. Miren, a uno, que juegue Dembélé mañana o alguno de los partidos que quedan lo considero una ofensa, pero si Xavi decide que el equipo lo necesita, lo respetaré.

Sí Xavi considera que Alba tiene que ser titular indiscutible todos los partidos también lo asumiré. Y me molestará y consideraré injusto que Jutglà no juegue más, pero si el entrenador así lo piensa, también lo aprobaré. El momento es tan delicado que firmaría ganar incluso jugando mal. No está la cosa para inventos.

Puestos a acatar, casi estoy dispuesto a renunciar por unos meses al cambio generacional o la revolución que todos esperábamos que Xavi realizaría. Todo por un cuarto puesto. Hasta asumiré que entren defensas en lugar de delanteros cuando falten cinco minutos. Pues sí. Renunciar a cuatro meses del ADN Barça pensando en la próxima temporada.

Quizá a algunos les parezca un sacrilegio, pero las consecuencias de quedarse fuera de Europa son incalculables. Así que durante esos meses que faltan acudan al estadio con el único objetivo de apoyar al equipo. Tiempo habrá para juzgar a Laporta, Alemany, Xavi, los veteranos, los jóvenes o los fichajes.

Ahora, hay lo que hay. Son quince jornadas a cara o cruz. Quince jornadas para ver quien hace méritos para quedarse y a quien hay que darle una patada.