¿Condicionó al VAR la Superliga?

Ceferin lo tiene claro

Ceferin lo tiene claro / AFP

Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça fue maltratado en Milán con un penalti no señalado por mano indiscutible de Dumfries. Lo escandaloso no es que el árbitro no lo viera (a pesar de que estaba muy cerca) sino que, después de siete repeticiones en las que se aprecia de manera absolutamente diáfana el contacto de la mano del defensa con el balón, el VAR no advirtiera al árbitro de que era penalti. Ni siquiera dejó lugar a la más mínima duda, de manera que el árbitro no pudo ni siquiera ir a ver la jugada repetida.

Sin embargo, una aberración arbitral de esta magnitud es imposible de explicar solamente por una cuestión de negligencia (no saben) o por una cuestión de rapidez (imposible de juzgar en pocos segundos). Es inevitable pensar que detrás de esta injustificable decisión en MIlán hay alguna razón más inquietante, como por ejemplo que el Barça forma parte del grupo de clubes "antipáticos" y no políticamente bien vistos por la UEFA.

Es, pues, imposible desligar el atraco en Milán de la triste fundación de la Superliga en abril de 2021, que ha tensionado muy duramente las relaciones de Madrid, Barça y Juventus con la UEFA, especialmente desde el momento en el que, con todos los equipos huidos de la Premier, ya se sabía que la competición no iba a ninguna parte e incomprensiblemente se optó por continuar con la ficción de una competición que todos sabían muerta.

Es cierto que esta estéril aventura ha servido al menos para poner de manifiesto el carácter retrógrada, avaricioso y autoritario de la UEFA, pero no es menos cierto que el anuncio del proyecto fue un auténtico despropósito, del que el Barça no ha querido o no ha sabido desmarcarse.

Parece casi una broma que a día de hoy esta ridícula Superliga de tres equipos siga existiendo, y solo sirva para generar tensiones con la UEFA, que de alguna manera pueden terminar condicionando los arbitrajes. En su primera etapa de presidente, Laporta supo tejer unas relaciones buenas con la Federación (fue el famoso e injusto "villarato") y logró tener al menos arbitrajes simplemente justos y equilibrados gracias a una hábil política institucional.

Hoy el club está en la situación inversa en Europa, sin rumbo en una Superliga que es una entelequia y encima con las relaciones seriamente comprometidas. La pregunta es: fuera de la Superliga, ¿habrían pitado penalti a favor del Barça en Milán? Nos tememos que la respuesta es positiva.

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