El clic que falta

Guardiola buscó a Cruyff. Hoy, la referencia es Pep. Quizás fuera inteligente dar un paso atrás para poder dar dos hacia adelante

Xavi y Guardiola, en el reciente amistoso entre Barça y City

Xavi y Guardiola, en el reciente amistoso entre Barça y City / Javi Ferrándiz

Xavi Torres

Xavi Torres

Llega la hora de la verdad para el Barcelona, con todo por hacer en la Supercopa, Copa y Champions, y con siete puntos por recuperar en la Liga. ¿Cree usted que el equipo azulgrana va a ganar algún título?

A estas alturas de la temporada parece complicado sentenciar aunque los resultados de los últimos partidos no lleven al optimismo. Tampoco las declaraciones de su entrenador cuestionando algunos rendimientos individuales y colectivos. Da la sensación de que el equipo no acaba de funcionar y de que las discrepancias de responsabilidades entre uno y otros no ayudan a construir el mejor de los hábitats para pensar en sumar títulos. La historia demuestra que el Barça necesita juego para llegar a los objetivos y tanta irregularidad -incluso dentro de un mismo partido- provoca incertidumbre.

El club ha mejorado la plantilla hasta cerrar un grupo competitivo pero la realidad es que a nivel coral el equipo no transmite seguridad y a nivel individual, ningún jugador está ofreciendo su mejor versión. Xavi explica contínuamente que el equipo trabaja bien entre semana pero a menudo, tras los partidos, señala a los futbolistas porque el plan no ha acabado saliendo según lo previsto. Barcelona es una plaza complicada porque su afición mantiene el gusto por un determinado fútbol, con un apunte interesante: desde la llegada de Johan Cruyff al banquillo del Camp Nou, en 1988, la pedagogía de sus ruedas de prensa, alguna literatura de calidad y, sobre todo, la etapa gloriosa de Pep Guardiola, han llenado de conocimiento a un universo azulgrana -afición, medios de comunicación, lobbies diversos, etc.- que a estas alturas de la película no se conforma con cualquier cosa.

El trabajo de Xavi no es sencillo, como lo demuestra el hecho de que hay miles de entrenadores y pocos trascienden. Éstos, sin duda, han apostado por formarse, rodearse de los mejores y más críticos compañeros de viaje, provocar el debate para escuchar, trabajar más que nadie y buscar la excelencia a través del talento y la humildad. Guardiola buscó a Cruyff cada vez que tuvo dudas. Un día Johan, tras leer un artículo provocador que realzaba los éxitos de Pep para infravalorar los suyos, comentó entre sonrisas: “¡no se han enterado de que cada título de Guardiola es un éxito del cruyffismo!”. Y ya lleva 37. Es evidente de que Xavi Hernández tiene dudas porque es jóven y está empezando y, también, de quien es hoy la referencia de ese cruyffismo que tanto está buscando para su Barça. Lamentablemente la idea pueda parecer pura ciencia ficción -aunque a Pep le llame, le consulte y le visite medio mundo futbolístico- pero quizás fuera inteligente dar un paso atrás para poder dar dos hacia adelante...