¿De quién es el Clásico?

Laporta y Florentino, sobre el terreno de juego tras la Supercopa

Laporta y Florentino, sobre el terreno de juego tras la Supercopa / Javi Ferrándiz

Marc Menchén

Marc Menchén

En las próximas semanas volveremos a escuchar y mucho del pulso por el control del fútbol español. Superada la negociación para centralizar la venta de las retransmisiones, donde el Barça -con Manel Arroyo entonces como principal defensor- fue parte clave de ese hito, la asamblea de LaLiga se ha convertido en un constante pulso entre quienes promueven un mayor alineamiento del negocio de todos los clubes, y quienes prefieren ir por libre porque saben que tienen una marca suficientemente fuerte como para poder hacerlo. Sí, efectivamente, Barça y Real Madrid, que en este curso han dado un paso más en ese intento de independencia de todo lo establecido con el registro de la marca Clásico.

El registro está en marcha, nadie se ha opuesto y, según apuntaba 2Playbook, se hace para poder utilizar el nuevo logo en la promoción de actividades deportivas, como la disputa de partidos amistosos, la venta de merchandising y la comercialización de productos digitales, como NFT. Y gente al tanto de una iniciativa en la que se viene trabajando desde hace más de tres años avisan: el sueño siempre fue montar un tour por varias ciudades de Estados Unidos para hacer caja sin necesitar a más equipos.

La iniciativa me parece estupenda, y ojalá sirva para abrir nuevas líneas de negocio. Además, aunque a mucho aficionado le pueda chirriar, creo que siempre va a ser bueno que los clubes, por más rivalidad que tengan sobre el césped, sean inteligentes y entiendan que en los despachos pueden sacar mucho más partido a su actividad si van de la mano. Es para lo que se crearon las ligas nacionales, entendiendo que el pastel puede ser mucho mayor si en ámbitos como el audiovisual y el comercial se agregan activos. A mayores impactos coordinados, mayor capacidad de negociación con las marcas.

Sin embargo, hace tiempo que Barça y Madrid van desalineados del resto, ya no sólo en España, sino también en Europa. Mientras litigan con LaLiga por el registro de la marca Clásico -el torneo defiende que esa rivalidad se ha creado en la temporada regular-, hoy su gran caballo de batalla es maldecir a una Premier League rica capaz de generar muchos más ingresos. ¿La paradoja? Que parte de ese éxito es que la diferencia allí entre quien más y menos cobra por TV es de 1,5 veces, mientras que aquí es el triple.

Y es así porque allí entendieron que crecer en negocio exige un producto atractivo, porque la incertidumbre es el principal valor del deporte como producto audiovisual en directo. Y a más igualdad en el reparto, más candidatos, algo que no han variado desde que en 1992 unieron fuerzas. Por eso El Clásico allí es el Big Six.