La Champions y el VAR también se decantan por la Decimoquinta

Irfan Peljto, árbitro del Real Madrid- Leipzig

Irfan Peljto, árbitro del Real Madrid- Leipzig / efe

Tomàs Andreu

Tomàs Andreu

Tras lo visto en Leipzig, adiós a las últimas dudas: el Real Madrid camina con paso firme hacia la conquista de su Decimoquinta Champions League. Presenta un equipazo sobre el terreno de juego -es una obviedad que nadie puede discutir-, tiene a un técnico -Carlo Ancelotti- que exprime con maestría a una plantilla masacrada por las lesiones y, por si fuera poco, cuenta con el apoyo inestimable de esos intangibles que marcan la diferencia en los escasos momentos críticos.

Europa ha tomado buena nota de lo que sucede jornada tras jornada en LaLiga. El Real Madrid gana, y con solvencia, porque es mejor que el resto de equipos y porque la suerte arbitral casi siempre está de su lado. El Almería, y una larga serie de equipos, pueden dar fe de ello. Faltaba por comprobar si esa fortuna adicional en forma de VAR también estaba presente en los partidos de verdad de la Champions. Los duelos de los cruces. Partidos como el de Leipzig.

Y ya no hay dudas. Los criterios arbitrales de los múltiples comités españoles son idénticos a los de Bosnia. Irfan Peljto, acompañado de su VAR, no cursaron su licencia arbitral junto a José Hernández Maeso, pero como si lo hubieran hecho. Aprendieron la misma lección: en caso de duda, la fortuna se decanta hacia el poderoso, el Real Madrid.

Mateu Lahoz tiene razón. Anular el gol del Leipzig "es una locura" cuando el VAR entra en juego, revisa la acción por activa y por pasiva y, aún así, anula el gol germano. Pues eso, como en LaLiga, la Champions también abraza el madridismo. Los de Ancelotti juegan más y mejor que los rivales, pero también disponen de más y mejores ayudas que ellos.

La 'Decimoquinta' está un poco más cerca. El golazo de Brahim y la miopía de Peljto y su VAR así lo han decidido. Por supuesto, el partido del Bernabéu siempre queda en la recámara para evitar males mayores. ¡Ah! y con Camavinga en el once si así lo desea Ancelotti. En Leipzig hicieron caso omiso a una dura entrada que a todas luces merecía una cartulina que acarreaba suspensión.

Lo dicho, la Europa de la Champions ya sabe como las gasta el Real Madrid: buen juego global, una pegada brutal y un VAR para evitar sustos.