Cazafantasmas

Xavi Hernández pidiendo calma en una acción del partido en el Bernabéu

Xavi Hernández pidiendo calma en una acción del partido en el Bernabéu / Javi Ferrándiz

Rubén Uría

Rubén Uría

Hay mil maneras de jugar al fútbol. Todas son legítimas. Todas. Si Xavi, defensor de un estilo concreto, decidió recurrir puntualmente a otra manera de jugar, una que no le gusta, fue un signo de inteligencia. Ganó y al barcelonismo le supo a gloria. Y Xavi, que debió ser más tolerante con otros estilos en el pasado, venció de manera contracultural, defendiendo y contragolpeando. Ganando como otros equipos suelen ganarle al Barça. Xavi, que no suele jugar a lo que juega Simeone, ganó un partido como los suele ganar el Cholo. Y eso, algo tan sencillo de comprender, desató una tormenta de porquería. Elevando una anécdota a categoría, el ‘nacional-madridismo’ vomitó bilis. Contenedor hasta los topes. Y la ‘central lechera’, batiendo su propio récord del mundo de sandeces, echíó espuma por la boca, como la niña de ‘El Exorcista’. Antes del partido, tiraron de ‘cagómetro’. Después del partido, patalearon contra Xavi y el estilo. Como si un equipo que defiende y contragolpea, de vez en cuando, no pudiera apostar puntualmente por la posesión. Como si un equipo que siempre es propositivo con balón no pudiera jugar un día de manera reactiva. Como si el fútbol fuera rígido. Como si el mundo fuera completamente idiota y confundiera el culo con las témporas. Tienen la nariz tan dentro del trasero del presidente de la Superliga, que han perdido la noción de la realidad. Los ‘teleñecos’ se lanzaron, como perros rabiosos, sobre Xavi, por haber cometido el ‘intolerable crímen’ de jugar un partido, a lo Simeone. Repitieron como papagayos amaestrados que el estilo es una mentira, que el estilo es el autobús, que el ADN es una farsa y que no había derecho a que el Barça (‘Ole, Ole, Ole, Xavi Simeone’) hubiera defendido su área como si fuera el abismo de Helm. El culo y las témporas. Risas enlatadas. No se respetan ni a sí mismos. Su ataque de rabia, incontenible, les ha llevado a entrar en el territorio que menos dominan: hablar de fútbol. Normal. De eso saben menos que una piedra. Ahora, después de años contándonos que la posesión es una milonga y que sólo importa ganar, cuestionan cómo ha ganado el Barça. Intentan atizar a Xavi cuando, en realidad, se están pegando a sí mismos. Si el Barça fue todo eso, si plantó el autobús en el Bernabéu, si fue un equipo pequeño, vulgar, horrible y defensivo ¿en qué lugar deja eso al Madrid? Si tuvieran un mínimo de dignidad, estos fantasmas deberían usar sus habituales sábanas para taparse y emigrar a una cueva islandesa muy profunda. ¿Cómo ganó el Barça? Pues sin sus cuatro mejores jugadores, sin que Ter Stegen hiciera una infame parada y sin recibir un miserable tiro a puerta. Circulen. Y que alguien llame a los ‘cazafantasmas’.

ÚNICO ALIADO, PEOR ENEMIGO

El ‘caso Negreira’ tiene mala pinta. Mientras la justicia avanza, la UEFA solicita información. ¿Planea hipotética una sanción? El tiempo dirá, pero en el Barça lo tienen claro. Si la UEFA tenía ‘ganas’ al Barça por la Superliga, ahora alguien se la ha puesto botando, a un metro de portería. El único aliado del Barça es el Madrid. Su peor enemigo.

GAVI Y EL ‘CASO PEDRO LEÓN’

El Barça pudo inscribir a Gavi ‘in extremis’, gracias a las medidas cautelares del juzgado. LaLiga se opuso y en el club creen que, aunque todo se demore, es muy posible que ese recurso prospere. Precedente, el ‘caso Pedro León’. A eso se agarra LaLiga. En el Barça creen que, dentro de unos meses, volverán a tener jaleo con la inscripción de Gavi.