Dos cabalgan juntos

Busquets y Messi volverán a compartir equipo

Busquets y Messi volverán a compartir equipo / sport

Juan Cruz

Juan Cruz

Ahora toca morderse las uñas: tendremos a dos grandes que nos ocuparon gran parte de nuestro baúl de ilusiones jugando en el extranjero, juntos como caballeros de la antigüedad, buscándose para divertirse en las horas de fútbol, acaso para comer juntos en los tiempos de asueto familiar, sin duda para reírse de los tiempos pasados, cuando en cada uno de ellos irrumpieran razones para la alegría o para el llanto.

Estos dos caballeros del fútbol, uno hecho para templar y otro para correr detrás del espectro de la pelota, son exazulgranas criados desde su juventud más primaria para servir al club que los hizo crecer, cada uno a su medida, hasta lograr respectivamente las mejores cuotas de calidad en un deporte que no los han dejado escapar.

Son, naturalmente, Busquets y Messi. Por razones que la historia pondrá en su sitio, el Barça, su planta de origen, no los ha sabido retener, y seguramente que se vayan le viene bien al futuro de cada uno, e incluso le conviene al fútbol que se espera ahora del equipo de Xavi.

El Barça de este tiempo ya tiene a un veterano que no se puede desmejorar poniéndole al lado a su competencia sentimental más inmediata. Lewandowski precisa de su propia respiración; la proximidad de Messi, que de todos modos no iba a venir, parece claro, hubiera sido una competencia de enorme voltaje.

No se sabe qué hubiera pasado, naturalmente, si hubiera estado con él, en el nuevo campo barcelonista, un gigante de dimensiones sentimentales tan potentes, pero como eso ya no tendrá efecto es entretenido especular, pero no es útil hacerlo.

 ¿Y Busquets? ¿Era Busquets todavía reo de habitación en el Barça de Pedri? ¿O lo era el muy sobresaliente lateral, Jordi Alba, aun materia dispuesta en el Barça que se está haciendo a fuego rápido con Balde de lateral?

Parece que la renuncia de Messi a seguir dejando soñar a Laporta y a los suyos, así como la rápida decisión de Busquets de atender el llamado de su compañero de juegos pasados, han sido maneras de dejar que elfuturo Barça se vaya haciendo como es debido, basado en lo que ha dibujado el entrenador, aunque éste haya insinuado más de una vez que esperaba al ídolo y que, incluso, haría lo que estimara adecuado Busquets.

La realidad es que cuando este último anunció que se iba, y además se despidió en el viejo Camp Nou, su compañero Xavi no levantó un palmo del suelo en su abrazo, ni siquiera le regaló una lágrima de despedida. Y es que las cosas del fútbol, como las de la vida, tienen su lógica interna, su decurso adecuado, de modo que el Barça se queda sin esos genios porque, esto es así, los que se quedan, o los que vendrán, serán los que hagan el futuro. El futuro es otro, no nos empeñamos en obligar a que el futuro esté habitado siempre por los mismos nombres propios.

Dos cabalgan juntos, en Miami. Estarán bien allí, se divertirán como niños siendo, además, ya unos cachorros que juntos pesan más que dos dinosaurios marcados por un tiempo que ya resulta largo e inmemorial.