Blanca y radiante va la novia

Ansu Fati, jugando con la camiseta blanca ante el Arsenal

Ansu Fati, jugando con la camiseta blanca ante el Arsenal / EFE

Lluís Carrasco

Lluís Carrasco

Desayunando en mi cafetería habitual donde a veces coincidimos con Joan Vehils, director de este insigne diario, oí ayer en un tono un tanto exhibicionista: ¡Es bonita “de cojones”! (estoy seguro que el referido director me perdonará por reproducir literalmente la situación).

Ante la ostentosa y sonora circunstancia, no pude evitar mirar a mi derecha con el fin de descubrir a que se referían mis toscos vecinos matutinos al lanzar con bien poco disimulo una expresión tan grosera como sexista, y descubrí a dos ejecutivos relamidos, vistiendo traje excesivamente ceñido en estos días de calor y anticuados zapatos de cordón, que se mostraban entre ellos y de forma aparatosa la fotografía que el diario Sport publicaba de la nueva y para algunos controvertida camiseta culer de color blanco.

Admito que alguna cosa se rompe al vestir el albino color que luce el más laureado de nuestros rivales, pero lejos de resultar un sacrilegio, personalmente me parece una decisión valiente y de un carácter comercial astuto y eficaz. Son muchos los medios que en las últimas horas han tenido a bien consultar mi opinión, no tanto desde un punto de vista estético sino más bien estratégico respecto a la misma, y lo cierto es que considero que estamos frente a un fenómeno que no solo resultará salvajemente rentable, sino que nos colocará en el necesario foco mediático para acaparar la atención en momentos de sequía informativa, calentando más si cabe los datafonos de todos los puntos de venta oficial del club. La camiseta, sin parecerme perfecta es realmente bonita y adecuada en el momento de cambio estructural que vivimos, y considero que resulta absurdo el intento por parte de algunos de justificar y defender la elección del color. No es necesario transportarnos a que un día Johan Cruyff la vistió ni explicar que el club ya la utilizó antaño… Yo en este punto, sería tajante. ¿Saben porque la hemos hecho blanca? Se ha hecho blanca porque es vistosa, porque queda estupenda y porque se auguran grandes beneficios a partir de esta elección, pero sobretodo se ha hecho de color blanco porque nos da la gana. Punto.

Sí, asociar el Barça con el blanco tiene un toque disruptivo y transgresor, pero es esa rareza la que le da a la nueva equipación el carácter de singularidad necesario para que los mercados la conviertan en éxito, y que nadie lo dude, lo harán.

Sin que sirva de precedente, admitámoslo, el blanco puede ser radiante y excelso, basta para ello un solo detalle: Que lo vista una novia o un culer