El Barça ha vuelto para quedarse

Xavi Hernández, durante el Barça-Sevilla

Xavi Hernández, durante el Barça-Sevilla / EFE

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El Barça, ahora sí, ha vuelto. Y el cambio de ciclo está llegando. La revolución de Laporta ha empezado a dar sus frutos. El primer título, la Supercopa de España, ya es una realidad. Y el sólido liderato en la Liga permite albergar grandes esperanzas. Pero lo más importante de todo es que el Barça vuelve a ser un equipo con identidad. Xavi ha conseguido transformar un vestuario perdedor y ha construido un conjunto campeón. Los éxitos son cuestión de tiempo. La solvencia de los blaugranas contrasta con la fragilidad del Madrid.

El clásico del Bernabéu (el 16 de octubre) fue un punto de inflexión. Aquel partido significó la primera y única derrota del Barça en la Liga. Desde entonces, se han disputado 11 jornadas, con un balance espectacular para el equipo de Xavi: 10 victorias y 1 empate (en el Camp Nou ante el Espanyol). Los culés han sumado 31 de 33 puntos posibles. Nada que ver con el rendimiento del Madrid, que ha ido de mal en peor: 6 victorias, 2 empates y 3 derrotas, consiguiendo algo más de la mitad de los puntos en disputa (20 de 33).

Estos resultados han permitido al Barça pasar de -3 a +8, en una remontada espectacular. Que no es solo numérica sino también futbolística: los blaugranas practican un juego brillante aposentados en los cuatro centrocampistas. Xavi ha apostado por renunciar a un extremo para tener un mayor control de los partidos y eso ha permitido al equipo desplegar su estilo con mayor eficacia. Todo ello acompañado de una extraordinaria seguridad defensiva: Ter Stegen solo ha encajado 7 tantos en 20 encuentros (0,35 goles por partido) y ha dejado su portería a cero en 15 ocasiones. De récord. 

Más allá de las estadísticas están también las sensaciones y aquí el Barça aún sale más reforzado. El equipo blaugrana enfoca el presente y el futuro con optimismo, mientras que el conjunto de Ancelotti destila olor a pasado. Florentino Pérez no ha regenerado la plantilla y sus estrellas (Modric, Kroos, Benzema...) ya no ofrecen el rendimiento de antaño. Está entrando en un bucle tan peligroso como el que provocó la crisis del Barça: seguir aguantando a futbolistas que lo han ganado todo aunque ahora ya no ganen nada.

Con el triple clásico en el horizonte (el partido de la segunda vuelta de la Liga en el Camp Nou y el doble duelo de semifinales de Copa), todo apunta a que el relevo en la hegemonía del fútbol español está servido. El Barça ha vuelto para quedarse.