El Barça será cantera o no será
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Iniesta, capitán del FC Barcelona / AFP
El mundo se ha vuelto loco y el Barça está en peligro. No desaparecerá, pero solo sobrevivirá a nivel deportivo si levanta la cabeza y mira hacia abajo. La única forma que tiene el club de luchar con los millones que, desde dudosas economías, han aterrizado en el fútbol europeo es apostar, inequívocamente, por volver a los orígenes: la cantera. No existe inversión más fructífera, cuyo rendimiento está, además, probado, que apostar por La Masia. Solo así podrá competir con multimillonarios caprichosos tan pobres que solo tienen dinero. Fichar a Marco Verratti, si no media una declaración pública contundente por parte del futbolista del PSG que está lejos de producirse, es imposible. Pero sí es posible, a base de picar piedra, confiando en el trabajo de quienes construyen el día a día en el fútbol base, crear a un futbolista igual o similar. Incluso mejor. Xavi o Iniesta son la mejor prueba. Subirse al cuadrilátero, ponerse los guantes y pelear con Al-Khelaïfi o los millones de la Premier League es perder el tiempo. Y el tiempo, literalmente, es oro. O se señala con el dedo hacia la Ciutat Esportiva y se apuesta, sin reservas, por quienes tienen la calidad para ser algún día grandes o el futuro pinta negro. Si eso significa cambiar las reglas del juego, que así sea. Será más rentable empezar a pagar más hoy para que nadie huya a los dieciséis años que invertir cuarenta millones para recuperarlos mañana.
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