El Barça resucita con valentía, ilusión y riesgo

Laporta durante la presentación de Lewandowski

Laporta durante la presentación de Lewandowski / FC Barcelona

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

El Barça se había convertido en un club perdedor, en un comparsa del futbol europeo. Una triste realidad producto de una gestión nefasta y de una serie de decisiones de juzgado de guardia. Pero ya no toca mirar atrás ni hacer más leña del árbol caído. Después de una temporada de aterrizaje y supervivencia, Laporta ha tomado el toro por los cuernos y ha resucitado un club que parecía condenado a una larga travesía del desierto. Inventando el relato de las palancas económicas y realizando fichajes ilusionantes, el Barça vuelve a ser el Barça, con sus virtudes y problemas, pero con un plan de futuro que antes no existía.

Laporta ha elegido la mejor salida de la crisis. La única capaz de relanzar la pasión y el entusiasmo de los culés. Apostar por hacer un gran equipo con una plantilla competitiva. Cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Este verano de calor insoportable y fuego incontrolable, pasará a la historia como el verano que se ha hecho punto y aparte en la gestión deportiva. Mientras se quemaban bosques y se secaban ríos, el presidente ha encendido la llama de la esperanza y el deseo de títulos. Se ha dado una patada al fatalismo recuperando protagonismo  internacional al generar nuevas expectativas.

Es una apuesta arriesgada ya que todo se centra en que el éxito deportivo asegure la sostenibilidad económica. Aquí esta la clave del futuro. Nadie podía esperar que el club mas endeudado de Europa fuera el que realizara más fichajes. Nadie mas que Laporta hubiese sido capaz de hipotecar el futuro para potenciar el presente con operaciones que demuestran el potencial de la marca Barça en el mundo de los negocios. A partir de ahora todo dependerá del balón, si entra la pelotita todo irá viento en popa. Si Xavi no sabe construir un buen equipo con los fichajes que le han traído, no hace falta decir que se entraría en una dinámica peligrosa y envenenada. Hay cartas para ganar la partida, pero se deben utilizar con inteligencia y eficacia.

Durante un mes y medio Laporta ha sido el gran protagonista ejecutando palancas y transmitiendo ambición, pero a partir de ahora toda la responsabilidad recae en Xavi. Queremos ser optimistas, pero para ello hace falta cambiar viejos vicios del vestuario. Como se vio ante el Rayo, falta ambición de victoria, fe en sus fuerzas, coraje para superar imprevistos y sobre todo, orgullo y carácter, dos virtudes que en los últimos años hemos encontrado a faltar. La técnica y la fuerza son importantes, pero la cabeza y el corazón definen los grandes equipos. Aquí es muy importante el papel del entrenador como motivador y sicólogo. Xavi está ante la gran oportunidad de su vida. Llevar al Barça de nuevo a la élite europea y confirmarse como un técnico de prestigio.