El Barça, ganador moral del clásico

FC Barcelona - Real Madrid

Las méjores imágenes del Clásico en el Camp Nou, FC Barcelona - Real Madrid / sport

Ernest Folch

Ernest Folch

El equipo de Valverde logró un empate heroico ante su eterno rival, en un partido en el que tuvo que sobreponerse a un reguero de circunstancias adversas. El Barça salió en tromba en el primer cuarto de hora, materializó su superioridad con una fantástica volea de Suárez y cuando parecía que podía arrollar al equipo blanco, empató Cristiano y el Madrid se hizo amo y señor del encuentro durante el resto de la primera mitad.

Fue antes del descanso cuando empezó el triste recital del árbitro Hernández Hernández, que en un minuto de diferencia se tragó una roja directa a Bale por una patada por detrás a Umtiti y se excedió en una expulsión muy rigurosa a Sergi Roberto tras un forcejeo con Marcelo. Ya en la segunda mitad el Madrid reclamó con razón un penalti sobre Marcelo, pero ya por entonces el colegiado había convertido el encuentro en una tómbola donde todo era posible y pitable.

Pero ni siquiera la esperpéntica labor arbitral pudo empañar la resistencia épica del Barça, que jugó una segunda mitad con un coraje como si se estuviera jugando la vida. Messi se sacó un gol mágico de donde no había nada y, aunque Bale empató con un trallazo impresionante, el Madrid dio siempre la sensación de que atacaba peor contra 10 que contra 11. Los dos equipos interpretaron tras la roja a Sergi Roberto que el empate era una victoria blaugrana: el Madrid quiso llevarse del Camp Nou el trofeo del fin de la imbatibilidad de su eterno rival, pero no lo consiguió y la capacidad de supervivencia culé se celebró en la grada como lo que fue, una gran victoria que certifica que este equipo puede tener muchos defectos pero que nadie le gana en capacidad de sufrimiento.

Nadie diría que los dos equipos ayer no se jugaban nada, porque en algunos momentos, vistas las chispas brutales que saltaban en el césped y la entrega hasta el límite de todos los jugadores, se parecía más bien a una final de Champions. Sin duda fue un encuentro que terminó todavía con más cuentas pendientes de las que empezó, y que quedará marcado por la confirmación del no-pasillo del Madrid, un feo gesto que quedó más en evidencia con el pasillo simbólico con el que el ‘staff’ del equipo despidió a la plantilla. En un encuentro que en realidad no decidía ningún título, el Madrid no dio precisamente un ejemplo de deportividad, ni tampoco fue capaz de poner fin a la racha del Barça con un hombre más durante 45 minutos. Es decir, se mire como se mire, el campeón de Liga fue también el ganador moral del clásico.