El Barça esperó su oportunidad

Sarunas Jasikevicius, ante el Joventut

Sarunas Jasikevicius, entrenador del Barcelona de baloncesto / EFE

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

UN JOVENTUT MÁS INTENSO

Veinte primeros minutos de dominio claro de la Penya. Los de Carles Durán afrontaron el duelo con las ideas muy claras y una velocidad más que el Barça en todas sus acciones. Objetivo prioritario de los verdinegros, que su rival no pudiera anota cerca de canasta. Para ello, siempre cerraban las continuaciones al aro en los 2x2 blaugranas colocando un jugador en medio de la pintura, e invitándoles a doblar la bola al tiro de tres. El Barça se “emborrachó” en sus lanzamientos triples y se olvidó de practicar un juego más compensado. Además, los porcentajes no fueron brillantes. Buena táctica de la Penya, dio sus frutos, y además cabe destacar la intensidad con la que defendieron y jugaron sus transiciones. En especial, el juego interior de Tomic-Elleson fue determinante en los primeros 20’ del duelo. El Barça recibió 24 puntos en el segundo cuarto, y sólo hizo tres faltas personales. Un dato sintomático. Entre los blaugranas destacó un Laprovittola que culminó un tres de tres en triples, preludio de lo que iba a hacer en la reanudación.

CAMBIO TOTAL DE ESCENARIO

Saras tocó la tecla mágica en el vestuario. El Barça salió en el tercer cuarto con otra mentalidad. Agresivos detrás, rápidos en la transición y muy efectivos desde el triple. Un 8-0, en un abrir y cerrar de ojos, marcó el futuro del partido. Laprovittola estuvo excelso. Sus tiros de tres no vinieron de jugadas colectivas. El solito, bota que botarás, se buscó posiciones propicias desde donde machacar el aro de la Penya. Imparable para un Joventut que vio como toda su renta adquirida en los primeros veinte minutos quedaba rápidamente enjuagada. Sin duda, el juego mucho más físico del Barça también fue clave para explicar las dificultades verdinegras para trenzar un juego sólido y efectivo. La Penya se colapsó, sus interiores fueron desactivados, y el perímetro no funcionó. Poco a poco, el Barça fue aumentando sus ventajas. La línea de tres siguió siendo del Barça, hasta ocho jugadores anotaron un triple como mínimo, y en el cuarto periodo vino a un Joventut muy superado. Buena imagen, en general, del Barça, aunque piezas como Higgins aún no han entrado en una buena dinámica. El Madrid espera.